-Antes de hablar, escuchen lo que ellos dicen: la manera como se refieren a sus actividades y entender sus gustos.
-Hablar desde temprana edad: los canales de comunicación deben estar abiertos desde que son pequeños, teniendo en cuenta la edad que tengan.
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-Paciencia: es importante que cuando esté hablando con sus hijos sea paciente, pues puede haber preguntas incómodas o impertinentes, pero, como adulto, debe saber manejar la situación.
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-Las experiencias de uno mismo son un buen ejemplo: aproveche lo que le ha sucedido en la vida para que sirva como reflejo de las actitudes que debe tomar el hijo en una situación similar.
-Si usted no sabe, no importa: no sienta miedo de decirle a sus hijos que usted no sabe la respuesta a una pregunta. Es mejor que le diga “vamos a buscar qué dicen los libros”.