Sin embargo, es esencial ser claro y transparente para no generar esfuerzos innecesarios en quienes están del otro lado. Decir “no” es válido, pero siempre debe hacerse con respeto y empatía.
El propósito se revela cuando somos capaces de mirar nuestras propias historias con honestidad y reconocer cómo esas experiencias nos han preparado para aportar al mundo.
Tener propósitos no es un simple ejercicio de moda o de tradición; es una declaración de esperanza. Es reconocer que, a pesar de las dificultades, siempre hay algo por lo que vale la pena esforzarse.
Discernir implica escuchar con atención las voces internas y externas que nos guían. En este proceso, el conocimiento, la experiencia y el aprendizaje experiencial se convierten en aliados.
Puedes convertir esta distancia en un acto de amor hacia ti mismo, creando nuevas tradiciones, compartiendo con las personas que tienes cerca ahora o incluso buscando la compañía de otros.
Insisto en la importancia de desarrollar un pensamiento crítico que nos permita tomar distancia de lo publicado en redes sociales, para discernir entre lo real y lo que busca captar seguidores.