Nuevamente los barranquilleros fuimos expuestos mediáticamente a la burla que representa saber que cada vez que llueve en la capital del Atlántico nos paralizamos y asombramos por los efectos del invierno.
74 viviendas afectadas, una docena de vehículos rescatados de los arroyos y el colapso del puente improvisado que se levantó en la carrera 54 para dar paso a los vehículos que van hacia el sector de Villa Country son muestras de lo descuidados que somos ante la llegada de las lluvias.
El teniente Cesar Fonseca, del cuerpo de bomberos, hizo un llamado a la prudencia ante la costumbre de los conductores de lanzarse a los arroyos. Y es que las imágenes son dicientes: arroyos llenos de basura, vehículos cometiendo imprudencias y ciudadanos que no tienen sentido de pertenencia por la tierra en la que vivimos o desarrollamos nuestras actividades.
El IDEAM ha dicho que va a seguir lloviendo por lo menos hasta el fin de semana.
El llamado es a quienes están en Barranquilla para que respeten las normas de autoprotección, para que entiendan que la vida del ser humano está por encima de cualquier afán de llegar a casa o cumplir una cita.
No más impertinencias, mientras llega la solución integral seamos prudentes.