La Procuraduría General de la Nación advirtió que la nueva flota de articulados diésel y gas de TransMilenio, si bien cumplen con las normas sobre niveles de emisión de gases, pudo ser el resultado de una mejor selección, más amigable con el medio ambiente.
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La Procuraduría consideró que tampoco hubo las exigencias requeridas para que los proponentes respondieran con cero emisiones de gases contaminantes por parte de biarticulados para el sistema de transporte masivo de Bogotá.
"Tampoco adelantó un estudio detallado que permitiera comparar la eficiencia de los motores diésel y eléctrico, para establecer si estos últimos podrían cubrir las exigencias de transporte de la ciudad, y así garantizar que el sistema no siguiera afectando la calidad del aire", señala el documento.
De igual forma, el Ministerio Público insistió que hubo falencias frente a esfuerzos de tipo técnico, jurídico y financiero por parte de TransMilenio.
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“El proceso contractual se surtió bajo la presión de que a los vehículos se les ha prolongado la vida útil a niveles de alto riesgo operacional, y con altas dificultades para atender la demanda de transporte en la capital”, anotó la Procuraduría.
Finalmente, el Ministerio Público advirtió que la contaminación generada por el transporte público no es totalmente atribuible a TransMilenio, pero aseguró que la compañía de articulados pudo hacer un mayor esfuerzo para adoptar tecnologías de que garantizaran el compromiso con el cuidado del ambiente.
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