Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar
Publicidad
Blu Radio / HJCK / Bumbox / La Maldita vanidad, quince años de amor por el teatro
La Maldita vanidad, quince años de amor por el teatro
Jorge Hugo Marín, cofundador y director de la compañía de teatro La Maldita vanidad, hace un recorrido por los quince años de este proyecto artístico que nació en 2009. Producen obras de teatro, hacen giras, se han convertido en una sede referente de la escena cultural de ciudad, acompañan la formación de nuevos talentos y ahora, estrenan la primera edición del Festival de nuevos creadores que se llevará a cabo del 23 al 29 de septiembre. Escuche en esta conversación historias de La Maldita vanidad y detalles de la programación del festival.
Como niño prodigio se trasladó a Viena para seguir clases con Joseph Haydn, se estableció allí primero como pianista y poco después también como compositor de música para piano: sonatas, variaciones y conciertos.
El primero de los tres Tríos,op.9 escrito en la tonalidad de sol mayor, fue considerado por Beethoven como el mejor de los escritos en esa época juvenil. Lo dedicó al conde Johann Georg Browne.
La culminación de las obras para tríos de cuerdas, la encontró Beethoven en los tres Tríos del opus 9. Por esa época el compositor desarrollaba sus experimentos de contrapunto ejercitando las bases que le había dado su maestro Haydn.
Al contrario de la Primera Sinfonía en la que es perceptible el modelo de Haydn y Mozart, la Segunda Sinfonía de Beethoven se presenta internamente más lacónica y al mismo tiempo más dilatada y en conjunto más imponente. La estructura aparece más cuajada y las confrontaciones rítimico-métricas se hacen sobre todo más tensas. Por primera vez irrumpen acentos heroicos. Beethoven escribe su primer Scherzo sinfónico. El final conforma el contrapeso que equilibra el primer tiempo.
Más que ninguna otra sinfonía, a excepción de la Novena del propio Beethoven, la “Heroica” cambió la faz de la música y la historia del género. Sus enormes dimensiones (dos veces la extensión de cualquiera de las sinfonías de Haydn o de Mozart) y su vasta complejidad hicieron que resultara más que problemática para muchos de los contemporáneos de Beethoven.