Una mujer holandesa, Rilana Hamer, se llevó la sorpresa de su vida cuando comenzó a notar que la cámara de vigilancia que compró empezó a emitir ruidos y posteriormente a hablar.
“Bonjour Madame”, le dijo un día. No contenta con eso, comenzó a seguir sus movimientos, por lo que ella procedió a desconectarla, según reporta thenextweb.com
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“Pensé que estaba volviéndome loca porque estaba haciendo las tareas domésticas normales en mi casa hasta que vi que la cámara se movía”, dijo Hamer en una publicación en Facebook.
Tras reconectarla, el aparato comenzó a hablar en español e inglés. (Ver video)
Action, la empresa fabricante, manifestó ya estar investigando lo sucedido porque la cámara se vende desde mayo pasado y es la primera vez que sucede un hecho de este tipo.
Casos como este ponen en el tapete el debate sobre hasta qué punto los fabricantes pueden usar aparatos para espiar a los consumidores o incluso falicitar que un tercero haga de las suyas. Reconocidas marcas de televisores, por ejemplo, han sido cuestionadas por que sus sistemas, al conectarse a internet, pueden ser fácilmente hackeados ya que no ofrecen la posibilidad de un antivirus.
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