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Impresionante relato de buzo rescatado en aguas del Pacífico

Rubén Darío Rodríguez, uno de los dos buzos rescatados en aguas del Pacífico, luego de desaparecer con tres de sus compañeros, relata en BLU Radio su odisea.

265810_Foto: Armada Nacional
Foto: Armada Nacional

“Estábamos en un sitio específico cerca de Malpelo, que se llama La Catedral, que es una cueva subacuática. Al salir estábamos agrupados y nos cogió una corriente fuertísima que nos retiró muchísimo del sitio donde teníamos presupuestado salir”, dijo.
 
Agregó que este hecho los cogió de sorpresa, pese a que todos eran personas experimentadas.
 
“Tenemos maniobras, tenemos algunos procedimientos de contingencia, pero tanto así como luchar contra la naturaleza es imposible”, añadió.
 
Rodríguez relató que en esos momentos la desesperanza se apoderó de él, pero que se amarró a su compañero, Jorge Iván Morales, quien también fue rescatado.
 
“A uno se le pasa de todo por la cabeza: desde el pensamiento que nadie nos está buscando hasta esto es un sueño y en cinco minutos esto va a pasar”, manifestó.
 
Así mismo reveló que la primera noche a la deriva fue la más difícil porque tenían que aceptar que era una realidad lo que estaban pasando.
 
“Primero pasa eso y luego viene la asignación de tareas y la resolución de tareas conforme se nos iban presentando. La primera de esas tareas era no alejarnos de la piedra. Teníamos que nadar con todas nuestras fuerzas porque nadábamos un metro y la corriente nos devolvía cinco”, dijo.
 
Además expresó que había temor de que fueran atacados por tiburones, aunque insistió en que la fortaleza mental que tuvieron para enfrentar el momento fue determinante a la hora de no dejarse vencer por las dificultades.
 
“En un momento decidimos bloquear ese pensamiento y como que oíamos cosas grandes alrededor, pero decidimos no pensar en eso. Nos sincronizábamos para no alimentar la ansiedad”, indicó.
 
Rodriguez también dijo que en esos momentos fue importante la oración para mantener las esperanzas porque solo se siente frustración, alimentada principalmente por la deshidratación.
Finalmente, aseguró que tras dos días de espera, hacia las 4:00 de la tarde, oyeron el ruido de un motor a los lejos y en la lejanía divisaron un avión.
 
“Inmediatamente nos llegó la frustración porque estaba muy lejos y pasó. Podía ser un avión comercial, pero a los 15 minutos volvió a aparecer y dijimos: ‘nos están buscando’. Nosotros tenemos una boya de rescate, después de extenderla y después de media hora nos ve el avión y nos envía una balsa de rescate”, agregó.

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