La verdad sobre los horrores de 50 años de guerra es crucial para las víctimas y en general para los colombianos que pretendemos acabar con la espiral de violencia que pareciera no tener fin.
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Esa verdad es la que pretende privilegiarse dentro de la institucionalidad creada tras la firma del acuerdo de paz con las Farc, pero debe ir acompañada de otros componentes fundamentales: justicia, reparación y no repetición.
Los hechos más dolorosos del conflicto comienzan a conocerse a ‘cuentagotas’, no solamente en la JEP sino también ante la Comisión de la Verdad, escenario de la más reciente presentación de ‘Jesús Santrich’, que anunció la entrega de informes sobre el desarrollo del conflicto, incluyendo las que calificó como “faltas” de las Farc y también del Estado.
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‘Santrich’ le entregó a la Comisión de la Verdad un escrito de alias ‘Romaña’ sobre su experiencia durante décadas en la ilegalidad y también se presentó como un “puente” entre el Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, y los exguerrilleros que hoy están desaparecidos como ‘Iván Márquez’, ‘El Paisa’ y ‘El Zarco’ Aldinever.
Las Farc también asistieron a la Comisión de la Verdad para trazar una ruta con el fin de que ‘Simón Trinidad’, hoy condenado a 60 años de cárcel en Estados Unidos, también pueda contar lo que él vivió durante el conflicto.
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La antigua guerrilla también comienza a contar detalles dolorosos sobre los crímenes que cometieron, por ejemplo, ‘Solís Almeida’, exjefe de las Farc en el Cesar, relató recientemente que el secuestro de Consuelo Araujo Noguera, la cacica que fue asesinada a manos de las Farc, fue accidental, no fue autorizado por los comandantes de las Farc y fue un terrible error.
Torres de Miraflores, los 12 diputados del Valle del Cauca, el exgobernador de Antioquia Guillermo Gaviria Correa, Ingrid Betancourt, los militares y policías que vivieron como en campos de concentración secuestrados.
Es importante que se sepa la verdad sobre todos los crímenes cometidos por las Farc, por dolorosa que sea, pero acompañada de justicia, proporcional según lo acordado, se debe reparar a las víctimas y tiene que haber un compromiso de no repetición de esta barbarie.
Escuche la columna de opinión de Ricardo Ospina:
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