Hoy las fotos de ‘Iván Márquez’ y de ‘Jesús Santrich’ amanecen en el cartel de los más buscados por Estados Unidos, al mismo nivel de los capos del “Cartel de los Soles” de Venezuela como Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Tareck El Aissami.
El Departamento de Estado elevó el perfil criminal de ‘Márquez’ y ‘Santrich’, tras emitir un comunicado, cuyo mensaje principal fue incluso replicado en redes sociales por Mike Pompeo, el jefe de la diplomacia estadounidense, ofreciendo diez millones de dólares por la captura o por la condena de estos dos exjefes de las Farc.
Contra Luciano Marín Arango y Seuxis Pausis Hernández, nombres de pila de ‘Márquez’ y ‘Santrich’, la Corte del Distrito Sur de Nueva York tiene pruebas que los vinculan con narcotráfico y tráfico de armas en alianza con el llamado Cartel de Los Soles de Venezuela, proceso que avanzó gracias al testimonio de Marlon Marín, sobrino de ‘Márquez’.
La historia de ‘Márquez’ y ‘Santrich’ atraviesa el acuerdo de paz con las Farc porque particularmente ‘Iván Márquez’ fue el jefe del equipo negociador que firmó el acuerdo con el gobierno de Juan Manuel Santos y luego de dejar las armas, decidió regresar a la clandestinidad, incluso se abstuvo de posesionarse como Senador, pese a tener garantizada una curul.
Pero tal vez el elemento más interesante de este ajedrez puede ser la manera en la que esta recompensa contra ‘Márquez’ y ‘Santrich’ podría ser una presión adicional al régimen de Nicolás Maduro, quien abiertamente ha decidido darles protección en Venezuela, desde donde anunciaron su rearme y recientemente se publicaron fotos de Santrich viviendo en el barrio 23 de Enero, en pleno centro de Caracas.
Esta noticia definitivamente es un parteaguas entre la mayoría de exguerrilleros de las Farc que abandonaron las armas y honró el acuerdo con la sociedad colombiana y quienes se burlaron de la mano tendida de los colombianos hastiados de la violencia.
Escuche la opinión y el análisis de Ricardo Ospina en Mañanas BLU: