Oleg Cricket, un joven ruso de 24 años, desafía la muerte al tomarse selfies en los edificios más altos del mundo.
El joven viaja por varios países como freerunner llegando a la cima de casi 50 edificios en Europa, Asia y África y se ha convertido en el acróbata profesional más famosos del planeta, gracias a las arriesgadas fotografías y videos que realiza.
En ellos se le observa saltando al borde del precipicio y se cuelga de los techos, grúas y torres en ocasiones sostenido por el brazo de un amigo.