El padre José Joaquín Quiroga reflexiona sobre el evangelio de San Marcos 11, 1-10, que narra la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén.
El sacerdote afirma que Jesús, siendo Dios tomó su condición de siervo y se convirtió en uno de nosotros y que ese “abajamiento mereció la gloria de la Resurrección.
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Eso demuestra, dice el padre, que Dios nos ama porque asume nuestra condición humana para salvarnos.
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“Dios se preocupa por el hombre. Cristo experimenta la angustia y ora al padre. Esos son los momentos precisos para orar a Dios y decirle que queremos hacer su voluntad”, dijo.