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Odebrecht, ¿solo costeños?: editorial de Óscar Montes

Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla

275351_BLU Radio. Foto: Odebrecht - AFP
BLU Radio. Foto: Odebrecht - AFP

Por cuenta del escándalo de Odebrecht algunos medios de comunicación han vuelto a plantear la exótica tesis según la cual la corrupción es producto de una especie de “determinismo geográfico”, que solo compromete a aquellas personas oriundas de la Región Caribe.
 
Algo parecido sucedió en tiempos de la tristemente célebre “parapolítica”, cuando varios columnistas del interior del país llegaron a sostener que los únicos políticos que habían tenido vínculos y tratos con las organizaciones criminales de extrema derecha eran los de la Costa Atlántica. Los hechos demostraron que se trataba de un fenómeno criminal de cobertura nacional, pues parapolíticos hubo en todo el país, desde la Región Caribe hasta el Putumayo, pasando por Antioquia, los santanderes y el Eje Cafetero. Pese a ello, aún hoy todavía hay quienes sostienen que la parapolítica es costeña.
 
Igual sucederá con los tentáculos de Odebrecht, que si bien es cierto que hasta ahora sólo han involucrado a funcionarios, ex funcionarios y políticos costeños, muy pronto saldrán a relucir los nombres de otros personajes igualmente corruptos, oriundos de otras regiones del país, aunque cuando ello ocurra no tendrán el mismo despliegue mediático que hoy tienen los casos que han trascendido.
 
El hecho de que los nombres conocidos hasta ahora por el escándalo de Odebrecht sean costeños -por desgracia- no significa que los únicos untados con esos dineros malditos sean los oriundos de la Región Caribe. No es así. Corruptos hay en todo el país. Un ex alcalde de Bogotá y su hermano -por ejemplo- están presos por haberse beneficiado con multimillonarios contratos. Igual sucede con varios funcionarios de esa administración.
 
La corrupción es el cáncer nacional y debe ser combatida y castigada con todo rigor y sin ningún tipo de contemplación. No se puede justificar por razones culturales, sociales o políticas. A los corruptos no hay que darles tregua, sean de donde sean. ¡Son corruptos y punto!
 
Quienes se beneficiaron con los sobornos y las coimas pagadas por Odebrecht deben ser castigados de forma ejemplar. Sus actuaciones criminales merecen el repudio de toda la sociedad, sin importar sus orígenes o su procedencia.
 
No se puede estigmatizar a los habitantes de la Región Caribe por cuenta de las actuaciones delictivas de unos pocos. No todos los costeños son corruptos, como no todos los antioqueños son “traquetos” o los bogotanos traidores. Eso es bueno tenerlo presente a la hora de hacer juzgamientos injustos, apresurados y peregrinos. 

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