Imagen de Patty Smith durante su visita por primera vez a Colombia
RAUL ARBOLEDA/AFP
Patti Smith y el sacramento poético
Los árboles se plantan en tierras lejanas. Semillas que se esparcen por azar germinan en montañas monstruosa y bestiales. Qué es un poema sino un artefacto desgraciado y apocalíptico. No hay poema que no sea una flecha, un arma. Una ballesta. Patti Smith sabe que la gracia de dios infecta los corazones, los descompone y los regresa a la esperanza por la vida. Su música y su trabajo artístico ha sido una confirmación sobre la fe. Esta es Patti Smith desde Bogotá, desde el Teatro Colón en Colombia.
En una FILBo dedicada al cuerpo, pocas celebraciones resultan tan significativas como el homenaje a Darío Jaramillo Agudelo, cuya trayectoria poética y narrativa ha sido reconocida con numerosos premios y distinciones. Su obra, profundamente vinculada al amor, el erotismo y la experiencia corporal, es fundamental para entender la tradición poética colombiana. Como afirma el poeta Ramón Cote, existen muchos Daríos: el poeta, el narrador, el ensayista, el editor, el gestor cultural. A esa lista se suman el mentor, el antologador, el reseñista, el melómano y el amigo entrañable. En este homenaje, amigos y colegas se reúnen para conversar, ante un público fervoroso, sobre las múltiples y brillantes facetas de su vida y su obra.