Sor Juana Inés de la cruz nació el 12 de noviembre de 1651. Respira por su primera herida: la ilegitimidad. Sus padres no estaban unidos en matrimonio. De sus cinco hermanos, tres llevaron su apellido. Sor Juana crece con su abuelo materno, al pie de los volcanes, en Amecameca; antes de cumplir los tres años aprende a leer y a los ocho, compone una loa en honor al Santísimo Sacramento. En 1667 ingresa en el Convento de San José de Carmelitas Descalzas, pero tres meses más tarde lo abandona porque la fragilidad de su salud, no soporta el rigor de la orden.
La escritora española habla en este capítulo sobre el duelo y el dolor y cómo la literatura nunca ha estado al margen de la ciencia para tratar de entender lo que pasa dentro de nosotros cuando sufrimos una pérdida. Montero ha sido una estudiosa de la creación y de sus procesos y en muchos de sus libros la duda por la creatividad se ha vislumbrado.
Conciertos, teatro y poesía. Esta #RevistaHJCK trae invitados como el chelista Santiago Cañón Valencia, quien presentará su disco “Ascenso” el próximo 15 de septiembre a las 8:00 p.m. en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. También conversamos con la Sinfónica Nacional y la belleza de la música Clásica. Recomendamos la nueva obra del Teatro Petra y leímos poesía.
De la propia voz de la pianista colombiana Blanca Uribe escuchamos su historia, su recorrido por el mundo y la forma en la que la música la ha atravesado.
Escuche nuestro #DiariodeFestival: Se ha dicho mucho sobre el Cholo Valderrama, sobre la infancia que vivió en el municipio de Paz de Ariporo, Casanare, en la ribera del río Pauto. De niño, dice, escuchaba a su mamá cantarles a las vacas mientras las ordeñaba, entonces la leche salía sin vacilar, suave como terciopelo líquido, llena de gracia. Con la lengua de las reses y las manos de los árboles un hombre ha cantado al llano durante toda su vida. Se apilan uno tras otro los sonidos de las arpas y de las maracas feroces. Nadie entiende lo que dice si no escucha de donde viene. Ese llano, tan abierto, como una flor a punto de caer del árbol, es un secreto para todos. Pero hay alguno, que un día que salió a caminar, cruzó la cordillera y mostró la llanura como si fuera una revelación divina.