Luego de que el pasado 4 de agosto fueran capturados dos coroneles y un mayor del Ejército en retiro, señalados de hacer parte de una organización criminal dedicada a interceptar ilegalmente las comunicaciones de políticos, empresas, miembros de la fuerza pública, funcionarios judiciales y de la Fiscalía, el coronel (r) del ejército Jorge Humberto Salinas, capturado por estos hechos, se convirtió en testigo clave de la Fiscalía.
Salinas reveló que ellos trabajaban por encargo y que cada trabajo costaba entre 3 y 4 millones de pesos mensuales.Según información del ente investigador, entre los archivos de esta red, que operaba en Cali e Ipiales, Nariño, había 175 carpetas de clientes y aparecían marcadas como: “empresas”, “infidelidades”, “políticos”, “herencias”, entre otros.
Una de estas carpetas aparece como ‘barbas y el gordo’, donde un hombre identificado como
Juan Carlos Madero Mendieta aparecería como delegado del senador Armando Benedetti. Madero es un ingeniero civil dueño de la empresa Quakun.
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“Ese señor Madero fue un cliente primero, luego se convirtió casi que en socio porque llevaba muchos clientes y cobraba el 25% de los trabajos”, explicaron fuentes.
Según el testimonio del coronel en retiro, Benedetti contrató a Madero para chuzar a Jaime Granados, Jaime Lombana y su hijo menor de edad, además del fiscal general Néstor Humberto Martínez y su esposa. Sin embargo, la Fiscalía encontró que la empresa sólo alcanzó a chuzar a Lombana.
Desde este martes la fiscalía empezó a llamar a las víctimas, entre ellas Lombana, para enseñarle los seguimientos que le hicieron a su hijo.
Empresas:
También hay una carpeta titulada “Empresas” en la que esta red guardaba nombres de entidades que habrían pagado por chuzar a sus empleados.
Entre estas aparecen abogados de Avianca que habrían mandado a chuzar a pilotos del sindicato de ACDAC cuando estaban en huelga, además de compañías como Incauca, Pepsico y Servientrega.
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