Varias medidas de excepción fueron adoptadas por la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico para evitar que durante el puente festivo del 7 de agosto se produzcan festejos o cualquier otra actividad que, en medio de la pandemia, pongan en riesgo la vida de la ciudadanía.
En el caso de Barranquilla, el alcalde Jaime Pumarejo determinó que, “con motivo de la conmemoración de la Batalla de Boyacá, la ley seca empezará el 6 de agosto y terminará el lunes 10 de agosto a las 5:00 de la mañana”. Así lo afirmó el mandatario el pasado 25 de julio, cuando anunció la reapertura económica en la ciudad.
En los municipios del Atlántico también se restringe el expendio y consumo de licor, de manera continua, los próximos tres días, según lo decretado por la gobernadora Elsa Noguera, quien extendió el aislamiento preventivo en el departamento hasta el próximo lunes con el propósito de mitigar los efectos de la COVID-19.
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Este mismo decreto dispone que el viernes 7 de agosto habrá toque de queda las 24 horas del día en todos los municipios del Atlántico.
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De esta manera, teniendo en cuenta que también rige toque de queda nocturno en estas poblaciones, la restricción de salir de las calles empezará este jueves a las 8:00 de la noche y se extenderá hasta el sábado a las 5:00 de la mañana.
El sábado 8 de agosto, los habilitados por ‘pico y cédula’ en los municipios podrán salir hasta las 2:00 p.m., pues a esa hora empieza a regir nuevamente el toque de queda de manera extendida hasta el lunes, a las 5:00 de la mañana.