Rodrigo Lara recuerda el asesinato de su padre a manos del Cartel de Medellín

Después de 25 años de la muerte de Pablo Escobar, el hoy congresista señaló que su padre es el reflejo de un país que no permitió que se convirtiera en un narco-estado.

Blu Radio // Rodrigo Lara // Foto: Twitter Rodrigo Lara

Para Rodrigo Lara Restrepo, su padre es el ejemplo del corazón de Colombia: Valentía, fuerza y convicción de que a los criminales se les debe afrontar con coraje. En diálogo con BLU Radio, el hoy senador recordó a su progenitor, quien fue asesinado el 30 de abril de 1984 por el Cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar Gaviria, el más temido narcotraficante de la historia colombiana y quien murió hace 25 años. Para Lara Restrepo, la fe de encontrar respuestas y justicia sigue intacta. 
 
 
“Todo lo que tiene que ver con el Cartel de Medellín y su influencia en la esfera política y económica quedó en la impunidad, porque el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, Guillermo Cano, los coroneles y generales de la Policía, los agentes, y luego el asesinato de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, llevó a la más absoluta impunidad respecto de esas complicidades que existieron entre el cartel de Medellín, la política y la economía. Pero yo no pierdo la fe, espero que algún día veamos ver brillar la justicia”, agregó el congresista.

Vea también: Video: Así luce la tumba de Pablo Escobar a 25 años de su muerte

Lara manifestó lo que para él es la dinámica del narcotráfico que, aunque hoy en día no se ve con la magnitud de hace treinta años, no deja de ser un foco que necesita atención. 
 
Colombia estaba sumida en el temor de caminar por la calle, porque en cualquier rincón podía estallar un artefacto, un sicario podía desenfundar un revólver o al encender el radio, las noticias tenían como protagonista a una persona muerta, ya fuera un civil, un policía o un político. 
 
Rodrigo Lara Bonilla, al norte de Bogotá, fue asesinado por sicarios pagados por Escobar. 

El abogado huilense, para entonces ministro de Justicia, luchaba contra el narcotráfico y abanderaba la iniciativa del gobierno de acabar con ese problema, que era el mayor dolor de cabeza para los colombianos y principalmente de los antioqueños, quienes convivían con la sangre y el dolor todos los días.  
 
“Hemos sobreestimado la importancia reciente de los capos individualmente considerados en el narcotráfico. El narcotráfico existe y con relativa frecuencia las organizaciones criminales se van depurando y van cambiando de capos. La actividad existe y persiste; los factores y las causas de fondo para que exista el narcotráfico en el país, los cultivos ilícitos y sus respectivas organizaciones armadas trascienden la existencia misma del jefe del momento”, añadió Lara.

Lara, hijo, se refirió a la transición del narcotráfico en el país, del cambio de capos, y lamentó lo que pudieron ser artimañas de complicidades entre los delincuentes, la política y la economía, para que además de su padre, figuras como Guillermo Cano, militares de alto mando y otras víctimas, aún busquen respuestas precisas y justicia.  

Su padre, según indica, es el reflejo de que un país puede decirle no al crimen y a la organización de un estado que funcione bajo la legalidad respetando la democracia.

Mi padre básicamente representa a esa Colombia de bien, a esa Colombia que nunca quiso y nunca permitió que el narcotráfico terminara cooptando nuestra democracia, que Colombia se volviera un narco estado, fue la reacción de los colombianos ante el poder muy grande del crimen. Porque el poder que tenía esa organización criminal fue inusitado y tal vez no hemos visto nunca más una organización criminal con la misma fuerza y capacidad de violencia. Fue el hombre que, en nombre de todos, erguido, los enfrentó solo. Sus amigos, muchos lo abandonaron o se asustaron, y representa eso para los colombianos: decirle no al crimen, no a quienes pretenden cooptar lo que es de todos, la democracia para su interés criminal”, concluyó.

 
 

 

"