Víctimas de Bojayá hicieron duro llamado al Gobierno y al presidente Duque

Aunque algunos habitantes de Bojayá guardaron la esperanza de que el presidente Iván Duque o un ministro llegara a la velación de los cuerpos de la masacre ocurrida en 2002, no fue así. Sin embargo, sí se dio la presencia de la Unidad de Víctimas, la Comisión de la Verdad y el Centro Nacional de Memoria, entre otros. Miembros de comités y la iglesia en Chocó redactaron una dura carta con llamados de atención al Gobierno.

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En ella, recuerdan que, en 2004, al entonces presidente Álvaro Uribe se le notificó sobre una crisis humanitaria y violación a los Derechos Humanos contra las comunidades afro e indígenas de Bojayá, pero que 15 años después la situación tiende a tornarse compleja.

“Gracias al acuerdo de paz hoy las Farc han salido del territorio, pero ante la falta de implementación del mismo, el ELN ha copado estos espacios, se ha fortalecido militarmente y ha incrementado sus agresiones a la población civil. De la misma manera, el Gobierno no ha sido efectivo en combatir las nuevas formas de paramilitarismo y bandas criminales, quienes hoy han incrementado su accionar al interior de los territorios étnicos”, dice la carta que también fue leída en la eucaristía solemne en honor a las víctimas de la masacre.

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Añade que, pese a alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo e informaciones entregadas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se ha podido documentar la situación que se presenta en las poblaciones étnicas, pero que hoy, la garantía de los derechos ha sido “complaciente con el accionar de los actores armados”.

El documento especifica que la evidencia de la presencia del ELN y paramilitares en las cuencas de los ríos Opogadó, Napipí y Bojayá pretende atacar la calma de los pobladores e intenta desarrollar proyectos de extracción minera a lo que dicen oponerse, pues sería un daño en este territorio con escasez de servicios públicos y ausencia de acueductos y energía eléctrica suficiente.

Otro de los llamados se da para poner cuidado al crecimiento de cultivos de coca y presión para la siembra de marihuana, y una particular: el reclutamiento de menores de edad que parece no detenerse, según las denuncias que se dan en esta zona.

Las constantes amenazas y un reciente confinamiento en Bojayá se suman a los reclamos de los líderes en la región.

“Especialmente los paramilitares exhiben su poderío militar en armas y hombres, siendo evidente que su abastecimiento lo hacen abiertamente por el río Atrato en embarcaciones tipo botes y pangas, en algunos casos con centenares de combatientes. Todo esto bajo la mirada impávida del control de la fuerza pública, en el bajo y medio Atrato”, dice la misiva.

La carta concluye con una serie de peticiones dirigidas directamente al presidente Iván Duque.

“Le solicitamos con todo respeto que, como máximo jefe de las Fuerzas Militares de Colombia y presidente de la República, honre el acuerdo de paz, implementándolo de manera oportuna e integral, específicamente en lo relacionado con el capítulo étnico, y brinde las garantías constitucionales al pueblo afro e indígena de Bojayá. Esta misma situación la padecen numerosas comunidades étnicas y campesinas en muchas regiones del país, especialmente en la costa Pacífica. Nos solidarizamos con los sufrimientos de todas estas comunidades y le insistimos, señor presidente, que busque los mecanismos para que estos hechos no se repitan nunca más”, finaliza.

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