Más allá de los comentarios del taxista Freddy Contreras, invitando a las mujeres que trabajan en Uber que se dediquen a cocinar, lavar y planchar, más allá de eso, de la discusión entre taxistas y Uber como tal, más allá que la afirmaciones me parezcan groseras, sobre lo que me quiero centrar es en lo que expresan este tipo de afirmaciones.
Expresan el machismo que vivimos en nuestra sociedad.
Revelan que todavía nosotros seguimos creyendo que hay oficios para hombres y oficios para mujeres, seguimos creyendo que los oficios masculinos de alguna manera son más valiosos que los femeninos. Por eso, aún hoy, se sigue pagando menos a las mujeres por ocupar el mismo trabajo que hacen los hombres. O por eso se sigue haciendo todavía discriminación laboral por el género, al contratar menos mujeres.
El problema es el machismo. El machismo con sus paradigmas excluyentes, que nos ha hecho creer que los oficios de la casa son tareas para las mujeres y que los oficios de los hombres esos sí son de la calle.
Aún hoy, algunos se burlan de los hombres que hacemos trabajos en la casa, que se burlan creyendo que somos menos viriles que los demás, expresando realmente que se vive todavía en la época de las cavernas.
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