Nadie tiene un rayo homosexualizador: ninguno es inferior moralmente por su condición sexual

Estoy convencido que necesitamos construir un mundo en el que todos quepamos y tengamos las mismas posibilidades de relación.

Alberto Linero
Foto: BLU Radio

Se generó una gran polémica y debate en la ciudad de Medellín , porque un grupo de niños de un jardín infantil interactuó con una Drag Queen, quien se encontraba participando de un conversatorio organizado por la alcaldía.

Entiendo la reacción, porque es fruto de una visión de la vida y de la sexualidad en la que se cree que las inclinaciones sexuales son contagiosas, pero no la comparto. Estoy convencido que necesitamos construir un mundo en el que todos quepamos y tengamos las mismas posibilidades de relación .

Creo que la situación es una buena oportunidad para que la sociedad discuta sobre la necesidad de que los niños entiendan la diversidad sexual, sin temores, con la prudencia y la claridad necesaria. Creo que nosotros los mayores somos muy ignorantes frente a este tema, creo que tenemos prejuicios nacidos en nuestra construcción moral y religiosa, que valen la pena cuestionar y deconstruir.

Persiste la confusión entre género, identidad y orientación sexual, conceptos que son necesarios para entender la complejidad de nuestra condición humana, y antes de opinar, hay que revisarlos bien y tratar de entenderlos.

Los niños necesitan contextos sanos, nacidos en el amor, en el respeto, en el afecto y en la presencia real y activa de sus figuras de respeto y autoridad. Esa es la manera de propiciar el ambiente que ellos requieren para realizarse. La principal influencia de los hijos son sus padres o aquellos mayores que se conectan emocionalmente con ellos y los acompañan en su proceso de crecimiento.

La preocupación primordial de los padres de familia, y su tarea principal, es estar presentes desde el amor, la buena comunicación y el respeto.

Ahora, no es cierto que alguien es inferior moralmente por su condición sexual, esa es una mentira que repetimos por su fuerte arraigo en el inconsciente colectivo, algo de lo que tenemos que despojarnos pronto. Todos somos igual de dignos y tenemos la oportunidad de hacer lo bueno o lo malo, sin importar qué nos gusta hacer con nuestros genitales.

Soy heterosexual, pero no por ello me creo mejor que nadie. Son mis acciones diarias las que me definen. Afortunadamente las generaciones de hoy son más abiertas a la diversidad y no tienen esos miedos interiores ante el diferente, que a nosotros los mayores nos enseñaron. Tengan claro que nadie tiene un rayo homosexualizador.

Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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