No se trata solo de un detalle técnico o de un capricho académico, sino de una actitud ética frente a la vida. Ser precisos significa esforzarnos por decir lo que realmente es, por nombrar con claridad, por no dejarnos arrastrar por la comodidad de lo ambiguo ni por la manipulación de lo conveniente.
Creo que pastoralmente es incoherente hacerle comprender a los creyentes el valor de la vida familiar, de la vida de pareja, y a la vez decirles que quienes han decidido presidir la eucaristía o vivir ministerialmente no pueden tener una vida de pareja.
Antes de asociarse con alguien, no solo hay que mirar su hoja de vida, sino también su manera de vivir. Con quién te asocias define no solo tus negocios, sino tu tranquilidad.
A veces esperamos perder la salud para valorarla, encontrarnos con las adversidades insuperables para entender que estábamos bien, no tener el trabajo para saber que era el mejor espacio para realizarnos.
La superioridad moral es una trampa muy seductora. Quien cae en ella cree que siempre está del lado correcto de la historia, pero esa actitud, lejos de acercarnos, nos aleja.