Un equipo técnico de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) realizó este martes un monitoreo sobre la cuenca media del río Bogotá. El recorrido incluyó diversas zonas críticas de los ríos Bogotá y Soacha, así como la quebrada Tibanica, con el fin de verificar las condiciones de los cauces y los niveles de caudal.Durante el monitoreo, los expertos de la CAR constataron un aumento significativo en el caudal del río Bogotá como resultado de las lluvias recientes, aunque, hasta el momento, no se observó riesgo de desbordamiento en los puntos visitados. Lo mismo ocurrió con el río Soacha y la quebrada Tibanica, que también registraron un leve incremento en sus niveles.A pesar de la situación, la CAR destacó que se han emitido cuatro informes técnicos a lo largo de 2024 sobre el estado de estas fuentes hídricas, los cuales han evidenciado obstrucciones en el cauce de la quebrada Tibanica. En este sentido, la corporación ha recomendado intervenciones para limpiar y despejar estas zonas, con el fin de evitar posibles complicaciones durante la temporada de lluvias.El director de la CAR Soacha, César Augusto Rico Mayorga, señaló que, en años anteriores, la entidad entregó lonas para que el municipio de Soacha construyera bolsacretos en el sector El Charquito del río Bogotá, con el objetivo de mitigar los procesos de socavación.Ante esta situación, la CAR hizo un llamado a las autoridades locales para que adopten las recomendaciones sobre limpieza y mantenimiento de cauces y rondas, como medidas preventivas frente a posibles inundaciones, y reafirmó su compromiso con el seguimiento y la gestión del riesgo hídrico en la región.
En la tarde de este miércoles, 27 de noviembre, se volvió a presentar afectaciones en las vías de Bogotá luego de una granizada que se presentó en la Calle 80, en la localidad de Engativá.Estas lluvias generaron un encharcamiento que, con el pasar de los minutos, se agravó hasta inundar los carriles de la salida de la Calle 80, en el sentido oriente - occidente, desde la carrera 119.En videos quedó registrado cómo, después de pasar el puente de Guadua, en el sector donde quedan varias estaciones de gasolina, la vía está totalmente inundada y los vehículos tienen que andar a muy baja velocidad para evitar que los motores se vean afectados.Asimismo, se puede observar cómo algunos ciclistas intentan regresar a la ciudad en medio de la vía inundada.Por estas fuertes lluvias, con granizada incluida, se presentó congestión vial en la salida del occidente de Bogotá durante varios minutos, por lo que se recomendó a los conductores mantener la paciencia o, si podía, tomar vías alternas.Suspenden ruta alimentadora de TransMilenio Calle 80TransMilenio informó que "por alta congestión en inmediaciones al Portal 80, se suspende temporalmente la ruta alimentadora 1-8 Calle 80". Asimismo, la ruta dual D-81 no puede completar su ruta hasta el Puente de Guadua y se está devolviendo en la carrera 107.Estas imágenes de la inundación en la Calle 80 recuerda lo sucedido semanas atrás con la grave inundación en la Autopista Norte, que dejó a decenas de vehículos atrapados y cientos de estudiantes atrapados en sus colegios, pasando la noche en las instituciones educativas. Asimismo, lo ocurrido en la Autopista Sur, en Socha, cuando el agua taponó las vías, tanto el carril mixto como de TransMilenio, generando trancones y colapso en el servicio público.Consejos para evitar inundacionesRevisar y limpiar los desagües: asegurarse de que los desagües estén libres de obstáculos y funcionen correctamente.Verificar la condición de las tuberías: revisar las tuberías para asegurarse de que no estén dañadas o corroídas.Instalar un sistema de bombeo: considerar instalar un sistema de bombeo para eliminar el agua acumulada en caso de una inundación.Elevación de los electrodomésticos y los objetos valiosos: colocar los electrodomésticos y los objetos valiosos en un lugar seguro y elevado para evitar daños.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, entre octubre y noviembre de 2024, las inundaciones ocasionadas por la ola invernal han golpeado con dureza varias regiones de Colombia, particularmente Chocó y La Guajira, afectando a más de 383.000 personas y a cerca de 77.000 familias en 36 municipios. Las comunidades étnicas, ya de por sí vulnerables debido a factores socioeconómicos y culturales, se encuentran ahora expuestas a mayores riesgos relacionados con la seguridad, la salud y el acceso a recursos esenciales.El impacto más inmediato de estas inundaciones es la pérdida de cultivos y el desabastecimiento de agua potable, lo que ha generado una alarmante inseguridad alimentaria y sanitaria. Las autoridades y organizaciones humanitarias instan a implementar medidas urgentes en los campos de Seguridad Alimentaria y Nutrición y Agua, Saneamiento e Higiene, para mitigar los riesgos de enfermedades y garantizar el acceso a los recursos básicos de supervivencia.En Chocó, la situación se agrava por una doble emergencia: la crisis climática se suma a la violencia armada que ya afecta a esta región, complicando aún más los esfuerzos para brindar ayuda humanitaria. En La Guajira, el panorama es igualmente sombrío, especialmente para aquellas personas que carecen de documentación, lo que les impide acceder a los servicios de ayuda. Además, el aumento de la violencia basada en género en esta región hace aún más urgente una respuesta integral para proteger a las mujeres y niñas en particular.Otro desafío significativo es la falta de alojamiento temporal adecuado para las personas desplazadas, así como la interrupción de las actividades escolares. Miles de niños, niñas y adolescentes se encuentran fuera del sistema educativo, lo que pone en peligro su desarrollo a largo plazo. Las organizaciones humanitarias subrayan la necesidad de una respuesta coordinada que no solo ofrezca asistencia básica, sino que también garantice la seguridad de los afectados y la continuidad de la educación.A esto se suman las dificultades logísticas para hacer llegar la ayuda a las zonas más afectadas. Las condiciones climáticas adversas, junto a las restricciones de movilidad y la falta de infraestructura, hacen casi imposible una entrega eficiente de la asistencia, lo que retrasa el apoyo necesario para las comunidades más vulnerables.El informe de la Oficina de las Naciones Unidas destaca la urgencia de una respuesta inmediata y coordinada.
Ante el incremento progresivo del nivel del río Magdalena debido a las intensas lluvias que se registran en gran parte del país, la alcaldía de Barrancabermeja, a través del Consejo Distrital de Gestión del Riesgo, declaró este lunes alerta naranja en la zona urbana y rural del distrito. Luz Angela Saba, representante de la Oficina de Gestión del Riesgo en Barrancabermeja, explicó que la medida busca prevenir situaciones de emergencia que puedan poner en riesgo a las comunidades asentadas cerca de las riberas del río. “Hacemos un llamado a las familias que residen en las orillas del río a tomar las precauciones necesarias y mantenerse informadas sobre cualquier eventualidad que pueda presentarse debido a las condiciones climáticas actuales. Se recuerda a quienes se vean afectados por las lluvias a reportar cualquier emergencia a la línea 324-388-821 dispuesta para atenderles”, declaró Saba.Además, las autoridades reiteraron la importancia de preparar planes de contingencia en los hogares y evitar actividades cercanas al río mientras persistan las condiciones de alerta. La temporada de lluvias, que se encuentra en su punto más crítico, ha afectado a varias regiones del país, causando inundaciones y deslizamientos de tierra. Por ello, las autoridades locales hacen un llamado a la prevención y a la solidaridad para afrontar los posibles impactos. Desde la alcaldía informaron que se continuará monitoreando el nivel del río Magdalena y “se evaluará la necesidad de adoptar medidas adicionales si las condiciones lo ameritan”.
Un paseo de amigos terminó en tragedia en la playas Modelo de Puerto Colombia, Atlántico. La entrada al agua que un grupo de nueve jóvenes realizaron para disfrutar de un baño hacia las 2 de la tarde del domingo 24 de febrero, terminó en un momento de caos, luego de que fueran arrastrados por una fuerte corriente a aguas profundas. Aunque dos jóvenes lograron salir por sus propios medios, cinco más requirieron del apoyo del cuerpo de Salvavidas, quienes hábilmente lograron retornarlos al sector costero a darle los primeros auxilios. Sin embargo, no sucedió lo mismo con dos bañistas más, entre los que había uno de 14 años, quienes murieron producto de la inmersión. Saúl Leiva, secretario de Gobierno de Puerto Colombia, advirtió que la emergencia se presentó en el sector de Sabanilla, en una zona donde el agua no supera el metro de altura. "Se presentan estas situaciones cuando no acatan las órdenes. A través del concejo de gestión de riesgo se hizo la búsqueda de los cuerpos. Esto nos lleva a llamar la atención para que los ciudadanos acaten las medidas instauradas para mantener la seguridad. Que no ingresen en estado de alicoramiento. Tenemos 55 salvavidas para garantizar la seguridad", expuso el funcionario. Luego de conocerse de la desaparición de los bañistas, uno de los jóvenes fue hallado de inmediato, mientras que el segundo, quien tenía 18 años, fue encontrado por los rescatistas durante la mañana del lunes 25 de noviembre.
Dos semanas después de la emergencia invernal que azotó al municipio de San Vicente de Chucurí, las comunidades rurales siguen enfrentando grandes problemas para acceder a servicios básicos, incluida la atención en salud. La denuncia la realizó el alcalde de la localidad, quien mostró, a través de sus redes sociales, un video que evidencia la precaria forma en que un campesino enfermo tuvo que ser evacuado desde la vereda La Pradera, una de las más afectadas por la tragedia.“Dos semanas después de haber sucedido la tragedia en el municipio de San Vicente de Chucurí, mire cómo nos toca seguir evacuando a nuestros campesinos que, trabajando, sufren accidentes o cualquier otra persona, mujer embarazada, un adulto mayor o sencillamente cualquier persona que requiera las vías”, afirmó el mandatario local.El alcalde también lamentó la demora en la llegada de maquinaria pesada para atender la emergencia. Según indicó, apenas este fin de semana arribó una máquina tipo oruga con 300 horas de operación, una respuesta que calificó como insuficiente para la magnitud del problema. “Nuevamente hago el llamado a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo para que la atención a la emergencia en el municipio de San Vicente de Chucurí realmente sea oportuna y contundente”, señaló, reiterando la necesidad de soluciones inmediatas que permitan restablecer las vías de comunicación en las zonas afectadas.La comunidad de San Vicente de Chucurí, conocida por su actividad agrícola, ha visto cómo el aislamiento producto de los deslizamientos y la destrucción de las vías ha puesto en riesgo no solo la economía local, sino la vida de sus habitantes.Los líderes comunales han pedido que se acelere la intervención en las áreas más críticas, mientras que organizaciones de derechos humanos alertan sobre las condiciones en que permanecen las personas en estas zonas de difícil acceso.
Las fuertes lluvias que se han presentado en La Guajira en los últimos días han generado que campesinos perdieran sus cultivos y su sustento. "Está crítica, crítica, porque todo el mundo ha perdido el cultivo; yo por allá tengo una 'finquita', también perdí media hectárea de yuca y media hectárea de plátano y todo se ha perdido; a comenzar otra vez desde cero y el estado qué puede dar, el estado quedaron de dar y no han dado nada", dijo Ariel Pimienta, un campesino del municipio de Dibulla.Dicen los campesinos que de este invierno, a diferencia de otros, no pudieron salvar nada. La zona rural de Riohacha y Dibulla son los sectores agrícolas más afectados, según las autoridades. Las recientes lluvias y desbordamiento de ríos ha provocado pérdidas en cultivos de banano, plátano, yuca y maíz."Se ha acabado todo, el plátano y la yuca, todo se ha acabado, nosotros teníamos una hectárea de yuca y todo ese se perdió, animales también que se han ahogado, gallinas y cerdos", dijo Yonilson Mercado, un campesino que perdió varios animales.Según las autoridades son más de 300 hectáreas de cultivos que se han perdido en toda La Guajira.
A partir de las 2:00 p.m, el PMU había sido establecido desde este viernes 22 de noviembre, debido al desprendimiento de material al sur de la ciudad debido a la lluvia. Así lo confirmó el alcalde de la localidad de San Cristóbal, Carlos Macias, quien además entregó datos de cuántas personas fueron afectadas y qué medidas se están tomando para contrarrestar el daño.Según el mandatario, se han caracterizado 79 familias dentro de la zona comprometida, determinando como 33 las más afectadas por la catástrofe y siendo consideradas como de alto riesgo para las casi 180 personas que habitan en el espacio afectado. Los residentes, en su mayoría, han acatado las recomendaciones y han evacuado de manera voluntaria las viviendas.“Desde integración social estamos ofreciendo los albergues temporales hacia las familias que quieran aprovecharlo para que, mientras pasamos este tipo de emergencia, podamos generar también las atenciones”, dijo el alcalde de la localidad de San Cristóbal, Carlos Macías.El alcalde también aseguró que se tienen elementos para la protección que serán distribuidos a quienes los necesiten mientras se supera el desplazamiento y se evalúan las condiciones de los afectados.No solo las personas fueron las tenidas en cuenta por los actores que respondieron a la emergencia. Durante el balance también se menciona que se ubicaron 16 perros y 12 gatos. Los cuales ya fueron trasladados a albergues. Además, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal también confirmó que se han estado atendiendo a los animales priorizando a quienes requieren urgencias veterinarias, trabajos de esterilización y brigadas médicas.Las fuertes lluvias se deben a la temporada de invierno que está viviendo el país. En lo que queda del día. En Bogotá, se esperan precipitaciones en localidades de Suba, Usaquén, Engativá, Bosa, Kennedy, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Usme Y Fontibón.
En medio de un Puesto de Mando Unificado para atender las emergencias que ha causado la ola invernal en más de 24 municipios de Bolivar, el gobernador Yamil Arana hizo un enérgico llamado al ministro de hacienda, Ricardo Bonilla, a desembolsar los recursos que requiere la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo para hacerle frente a la contingencia.De acuerdo al gobernador de Bolivar, el giro de recursos para atender y mitigar el impacto de las emergencias en las regiones no da espera, pues en algunos casos como el de Bolívar, las afectaciones y daños superan la capacidad del departamento por lo que fue declarada la calamidad pública.“Le hago un llamado al ministro de Hacienda para que se deje hacer el loco y asigne los recursos públicos para mitigar los efectos de la emergencia por época de lluvias que vive el país. Es chévere estar en Bogotá en un escritorio, pero cuando uno viene al territorio vemos que hay gente pasándola muy mal y esos recursos sí que los está necesitando la Unidad de Riesgo para atender la crisis que enfrenta nuestro país”, dijo el gobernador Arana.El mandatario señaló que no se puede tener un director de la Unidad de Gestión de Riesgo con “toda la voluntad de resolver problemas sin los recursos”.A su vez, el gobernador de Bolívar dijo que continuará la labor de pedir ayuda a la empresa privada para atender las emergencias que se presentan en municipios como Montecristo, donde ya se registran más de 2.500 familias afectadas por el desbordamiento de dos quebradas.Por su parte, el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Carlos Carillo, quien también participó en el Puesto de Mando Unificado, confirmó que aún no han llegado los recursos de la declaratoria de emergencia nacional; sin embargo, anunció la entrega de 12 mil kits de asistencia humanitaria, $5 mil millones de pesos en maquinaria amarilla y tres puentes militares para responder a las emergencias en Bolívar.“Con un enorme esfuerzo vamos a hacer esto, vamos a entregar en comodato, es decir prestados, tres puentes militares, no puentes largos de 60 metros sino unos un poco más cortos, que la gobernación nos ayudará a priorizar para atender estas emergencias”, detalló Carillo.En Bolívar ya son más de 15 mil afectadas por las emergencias.
La compleja situación por la que atraviesan miles de personas en Chocó por la temporada de lluvias sigue generando alertas entre las autoridades departamentales que indicaron que las condiciones climáticas en el departamento podrían empeorar en las próximas horas. La alta nubosidad y las fuertes lluvias tendrían un alto impacto en varios municipios que desde ya se preparan para evitar posibles estragos.La gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, agradeció la solidaridad de los colombianos, pero también advirtió que las precipitaciones harían presencia en buena parte del departamento en las próximas horas, situación que podría sumarse a los estragos ya registrados y agravar la condición en la que permanecen más de 36.000 familias chocoanas."En un reporte generado por el Ideam, sabemos que hay un riesgo inminente de lluvias, especialmente en la zona de la Costa Pacífica, la cuenca media y baja del San Juan y Baudó, el municipio de Río Sucio y la cuenca alta del Atrato", señaló la gobernadora.Entre los municipios que están en la zona de injerencia de las lluvias están Bahía Solano, Bojayá, Riosucio, Litoral de San Juan, Carmen del Darién, Medio Atrato y Alta, Medio y Bajo Baudó. Allí las autoridades departamentales buscan hacer presencia continua para realizar un acompañamiento permanente a las familias posiblemente afectadas.Por último, la Gobernación de Chocó destacó que hasta ahora se han entregado un poco más de 100 toneladas de ayudas humanitarias, mientras que otras 100 toneladas de cooperación están disponibles para asegurar la capacidad de seguir atendiendo a las comunidades.