Contrario a la creencia generalizada, cada año que cumple un perro no equivale a siete de humanos. A esa conclusión llegaron expertos estadounidenses tras un largo estudio que fue publicado en la revista Cell Systems.
La comparación, dada por cierta como una norma incontrovertible, se derrumba y la equivalencia entre ambas especies pasa por un cálculo mucho más complejo basado en la epigenética, según el trabajo de expertos encabezados por Tina Wang de la Universidad de California en San Diego.
Los científicos analizaron la genética de 104 perros de raza labrador retriever a lo largo de 16 años para concluir que no hay una relación lineal en el desarrollo de los humanos que pueda compararse con la de los perros.
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La diferencia crucial, de acuerdo con los resultados de los análisis, se debe a la "epigenética", es decir los factores no genéticos que existen en el desarrollo del embrión y que para el caso de la investigación se estudiaron a través de los procesos de “metilación” (un átomo de carbono enlazado a tres átomos de hidrógeno al ADN) que dan luces en cuanto a los indicadores de la edad.
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Con base en el estudio, los investigadores elaboraron una gráfica que permite comparar el envejecimiento entre humanos y perros. Usaron imágenes del actor Tom Hanks y un perro para darlo a entender. En síntesis, el avance en la madurez entre ambas especies no es línea, sino que en el caso de los canes tiene una fase acelerada en los cuatro primeros años.
Conozca el estudio completo:
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