Muy cerca del océano Pacífico, en ese pedazo de Colombia donde vive Milay Mosquera, cuyo apellido es el mismo que el nombre de su pueblo natal, canta como opción a lo único más cercano que tiene lejos del crimen, que por décadas ha sumergido a su región.
En Mosquera, Nariño, el virus ha dejado más de medio centenar de contagios, pero a los otros virus, los de la guerra, el narcotráfico y el olvido del Estado, aún no se les encuentra una vacuna, y los tratamientos son tan lentos, que complican más y más los históricos dolores.
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A Milay, la guerra se le llevo a su padre, su mamá no aguantó con la vida que le tocó, y se enfermó, murió tiempo después, Milay quedó en la orfandad, pero consciente y segura que aún estando entre la espada y la pared sus únicas armas para combatir a los malos, serían su voz y una usada guitarra.
Milay es ese otro rostro del Pacífico, de Nariño y cantando salsa, vallenato o incluso bolero, a sus 21 años repite que esa es la salida de los jóvenes, la única que deberían tener todos, la de la libertad.
Escuche aquí la entrevista completa en El Radar.