¿Veremos a los jefes de las Farc sentados en el Congreso?

que los máximos jefes de las guerrillas que se desmovilicen en un proceso de paz y lleguen a esa corporación al margen de los delitos, algunos de lesa humanidad, que hubieran cometido.

El representante del Polo Democrático se remontó al origen con el que se concibió la actual negociación: “ninguna de las partes pudo vencer a la otra y eso exige cambios en las posiciones de las partes”, de modo que deben abrirse espacios para que “quienes entreguen las armas se puedan reinsertar a la sociedad civil” con una justicia particular para cada caso “sin tener una dosis grande de generosidad”.

Roberto Gerlein confiesa que no “da ningún temor que las gentes de las Farc, tan calificados como sean, miembros del secretariado o de la militancia, hagan parte del Congreso de la República” y puso como ejemplo a Antonio Navarro Wolff quien “portó camuflaje y fue mi colega en la comisión primera y nada sucedió, no se alteraron los esquemas en el país”.

“Los partidos tradicionales tienen la gente capaz para discutir en cualquier forma y momento con los miembros de las Farc y pasar adelante sin que las instituciones se perturben”, lo que debe cambiar son esos 52 años que Colombia lleva en guerra, en los que no ha conocido la paz, dijo.

Para el candidato liberal, los miembros de la guerrilla son bienvenidos al legislativo si de esa forma se acaba la violencia y si son juzgados por una clara justicia transicional: “prefiero ver a ‘Timochenko’ en el Senado echando lengua que a su gente o a él mismo echando plomo en las montañas de Colombia”.

Aprovechó para señalar al uribismo como el máximo contradictor de las negociaciones de La Habana sin ninguna razón de fondo, afirmó que “es injusto con Colombia oponerse a que salga adelante el proceso de paz de santos” y minimizó sus críticas sobre una supuesta impunidad: “tenemos una legislación que dice que esos delitos no estarán extintos de la pena y eso está claro”.