Antes de que sea el 31 de diciembre, en medio de la música que se escucha por el centro de Medellín, por esos pasajes y esquinas ya huele a eucalipto y romero y pino. Huele a fin de año.
El sahumerio se adquiere desde 5 mil pesos. En combo o por separado y en diferentes presentaciones. “Trae botón de oro, mirla, incienso, california, palo santo”, se le escucha gritar a un vendedor en el Parque Berrío.
Los rituales para recibir el nuevo año no paran ahí. Entre los agüeros más comunes están los baños dulces con diferentes plantas como la menta o la yerbabuena para atraer la salud, las buenas energías y el dinero.
Los aceites también están en la lista de los más vendidos para que durante el 2017 los acompañe el éxito y la prosperidad. “Lluvia de oro, Juan del dinero, suerte rápida”, son los que ofrece Álvaro Ordoñez, en el local 147 de la Placita de Flórez.
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Al recorrer el centro, se ven las montañas de calzones amarillos, la popular ropa interior que por estos días se vende para niños, jóvenes, hombres, mujeres, para que todos retengan la suerte entre las piernas.
Las carretas con racimos de uvas no pueden faltar en medio del tráfico y los ríos de gente que llegan hasta las mesas a las 12 de la noche. “Uvas a 2 mil pesos la libra. Compramos 30 cajas y las venden en La Mayorista”, manifestó un vendedor.
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El Almanaque Bristol, el pintoresco símbolo criollo que es consultado por todo tipo de personas también se consigue en el pasaje La Bastilla, en Junín con Ayacucho. “Por día vendo por hay cinco hasta la última semana de enero”, indicó Libardo Pabón.
Este el panorama que se repite religiosamente cada año, así como religiosamente los antioqueños buscan a través de estos ritos perpetuar la suerte en los próximos 365 días.
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