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Su técnica surgió a raíz de que ciertas clientas no iban a su peluquería por las técnicas aburridas y monótonas que se utilizan en la mayoría de peluquerías (Lea también: Puerto Colombia, un sin número de expresiones coloquiales).
“Cuando venían mujeres con un cabello lindo, yo las ignoraba y quería solo atender a las personas cuyo cabello esta maltratado. En ellas utilizamos fuego para quemar sus puntas quebradizas”, manifestó Olmedo.
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“A principio fue difícil que las personas accedieran, pero teniendo en cuenta que esto está basado en estudios, terminaron accediendo. Debemos entender que no utilizamos mecheros ni fósforos, sino un moldeador especial para el cabello, denominado soplete”, agregó el estilista europeo (Lea también: Expertos en China lograron descifrar el lenguaje de los osos panda).
En ese sentido manifestó que “las primeras clientas fueron empleadas mías, mujeres cuyo pelo estaba acabado, grasoso y sin vida, ahora lucen pelos extraordinarios”.
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En cuanto al corte con garras contó que “Es fantástico cortar el pelo con estos instrumentos porque cada dedo es una navaja y se puede moldear desde la raíz hasta las puntas, ya que con tijeras el pelo se va maltratando con el pasar del tiempo” (Lea también: Diviértase leyendo este diccionario y conviértase en un experto en fraseología).
Los cortes con garras, tijeras, espadas o fuego cuestan alrededor de 30 euros.
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