El virus no se ha ido y todavía hay posibilidades de contagiarnos, sin embargo, hemos vuelto a sentarnos a la mesa y nos hemos visto a los ojos unos a los otros. Ahora, hace falta darnos una mirada a nosotros mismos.
Imágenes que muestran a maestros en plena calle impartiendo clases me han hecho pensar de nuevo en los peripatéticos, aquel círculo filosófico que seguía las enseñanzas de Aristóteles.
Algunos hasta alaban a los tramposos y miran con lástima a los que se aferran a sus principios. El caso del futbolista Luis Suárez es una oportunidad para recordar las palabras del hijo de María.
No se trata de perder la capacidad crítica, debemos tenerla y usarla, de lo que se trata es de dejar de ser personas que se alegran por el dolor, el fracaso y la desdicha de los otros.
En la sociedad del interés, en la que todo se vende y se compra, vale la pena revisar bien las características de un buen amigo y aquello que diferencia el amor genuino.