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En total fueron 104 vehículos quemados, dos muertos, entre ellos un policía y cinco heridos, entre ellos tres agentes, además de millonarias pérdidas. Este fue el saldo que dejó el paro armado del Clan del Golfo en Antioquia.
Algunas clases siguen suspendidas en colegios rurales, mientras que transportadores piden que se mantengan las caravanas de seguridad.
Aunque hubo un refuerzo de 1.900 hombres de la fuerza pública, el grupo armado causó estragos en el departamento como hostigamientos con disparos y granadas a más de diez estaciones de Policía de los municipios, parálisis del comercio y del transporte en más de 40 municipios.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, aseguró que se vio afectado el comercio, pero que algunas zonas se están reactivando progresivamente.
“Hoy la situación avanza hacia la normalidad, las caravanas definidas están avanzando, todo el comercio ha venido recuperando su funcionamiento y la movilidad tanto en las zonas rurales y urbanas. En Urabá avanza altísimo índice de normalidad, los trabajadores van hasta su sitio y las personas que no se habían movilizado de un momento a otro lo están haciendo”, afirmó.
El transporte de pasajeros tuvo pérdidas de 2.500 millones de pesos diarios y un 40% de las empresas suspendieron sus operaciones, según Samir Echeverri, director de la Asociación de Empresas Transportadoras de Pasajeros de Antioquia.
Los transportadores esperan que la compañía de la fuerza pública se mantenga desde hoy, pero se espera que se garantice la seguridad en algunos municipios donde todavía como Ituango y San Pedro de los Milagros hay clases suspendidas en las áreas rurales.
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En Antioquia, 25 personas fueron capturadas por relación con este "paro armado".
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