Teresa Banguera, una habitante del municipio de Candelillas de la Mar, en Nariño, frontera con el Ecuador adoptó, hace dos años y medio, un gallinazo al que llamó Wix y al cual encontró abandonado en un nido.
Según relató su propietaria, una adulta mayor, en Noticias Caracol, el gallinazo no se alimenta, como los demás, de desperdicios, sino que come "carne, pescado y se baña". Así mismo, agregó, "bebé agua limpia", desayuna y se va.
Además, la adulta mayor que domesticó este gallinazo afirma que si ella se hace la dormida, el animal comienza a picotearla especialmente en su cabeza para mirar si ya está despierta.
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Finalmente, según Teresa, pese a que el gallinazo domesticado tiene toda la libertad para decidir si se va a continuar su vida como lo haría normalmente uno de su especie, este prefiere quedarse a su lado.
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