En conmemoración a 200 años de historia, esta vez, se tuvo en cuenta un personaje fundamental que no ha sido lo suficientemente contado: las mujeres. Fue así como recorrimos las memorias de miles de mujeres que dieron su vida por la libertad. Mujeres que, a pesar de ser recluidas por las normativas de la época, alzaron su voz: educaron, escribieron y trabajaron por la construcción de un país que sigue en deuda con ellas.
En una FILBo dedicada al cuerpo, pocas celebraciones resultan tan significativas como el homenaje a Darío Jaramillo Agudelo, cuya trayectoria poética y narrativa ha sido reconocida con numerosos premios y distinciones. Su obra, profundamente vinculada al amor, el erotismo y la experiencia corporal, es fundamental para entender la tradición poética colombiana. Como afirma el poeta Ramón Cote, existen muchos Daríos: el poeta, el narrador, el ensayista, el editor, el gestor cultural. A esa lista se suman el mentor, el antologador, el reseñista, el melómano y el amigo entrañable. En este homenaje, amigos y colegas se reúnen para conversar, ante un público fervoroso, sobre las múltiples y brillantes facetas de su vida y su obra.