Llegamos al final de la temporada de #EfectoEureka, nuestras conversaciones entre neurociencia y literatura fueron por caminos inesperados. Hablamos sobre el amor, el duelo, los animales, las palabras y las formas de nuestro cerebro para entender la ficción. Cada uno de los invitados e invitadas dejó más preguntas que respuestas y ese fue desde un inicio nuestro ideal: cerciorarnos de que no todo esta resuelto. Para el final dejamos al sentimiento fundador: el amor (¿o el desamor?). El filósofo y escritor argentino Darío Sztajnszrajber exploró junto a nosotros los mitos del amor tradicional y las trampas de nuestras narrativas del afecto y las emociones. Pero no se equivoquen, no es un episodio en el que salgamos defraudados del querer, todo lo contrario, nos dio el espacio para pensarnos en vínculos justos, solidarios y tiernos. 🙏 Agradecimiento especial a Hernando Santamaría, director del doctorado de neurociencia de la Pontifica Universidad Javeriana y al Laboratorio de Cognición, Neurociencia y Contexto, de la misma universidad. 🎙️ En la conducción: Camila Builes y Hernando Santamaría 🎶 Música: Surmelodía Municipal 🎛️ Producción y montaje: Alejandro Rodríguez Salinas.
En 1960, el inconfundible León de Greiff hizo parte de la colección literaria de la HJCK, dejando una huella sonora invaluable. En este episodio, revivimos su voz y su palabra: una selección de poemas leídos por él mismo, que nos permiten escuchar el ritmo, la ironía y la musicalidad de uno de los poetas más singulares del siglo XX en Colombia.
Llegó la hora de contarles cuál fue el proceso que me tocó padecer para convertirme en la maestra del orden, porque aunque no lo crean, fui muy desordenada en el pasado, no se lo pierdan.
Hoy Mabel Cartagena nos cuenta con lujo de detalles, el momento más duro de su vida, la perdida de sus dos gemelos y la depresión posparto. No se lo pierdan.
Vacas machorras, gallinas picoteándome, gallos a las 3 am y más. Esta fue mi experiencia en el campo, una película de ensueño, terminó en una película de terror. No se pierdan esta anécdota que me marcó para siempre.