La libertadora del libertador fue Manuela Saenz, el mismo Simón Bolívar la definió así. En este capítulo, se le recuerda por su valentía y pasión por la causa independentista. Manuelita, como muchos la llamaron, fue una mujer fiel a sus ideales y siempre luchó por su libertad y la del país que amó como propio. No se pierda esta nueva entrega en la que la historia de amor, de triunfo y de traición sigue construyendo la memoria de nuestras libertadoras.
En una FILBo dedicada al cuerpo, pocas celebraciones resultan tan significativas como el homenaje a Darío Jaramillo Agudelo, cuya trayectoria poética y narrativa ha sido reconocida con numerosos premios y distinciones. Su obra, profundamente vinculada al amor, el erotismo y la experiencia corporal, es fundamental para entender la tradición poética colombiana. Como afirma el poeta Ramón Cote, existen muchos Daríos: el poeta, el narrador, el ensayista, el editor, el gestor cultural. A esa lista se suman el mentor, el antologador, el reseñista, el melómano y el amigo entrañable. En este homenaje, amigos y colegas se reúnen para conversar, ante un público fervoroso, sobre las múltiples y brillantes facetas de su vida y su obra.