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En Estados Unidos, la lotería ha sido testigo de muchas historias sorprendentes. Miles de personas participan con la esperanza de mejorar su situación económica, pero solo unos pocos logran ganar el premio mayor. Denise Rossi fue una de esas afortunadas, aunque perdió todo durante su divorcio.
Denise estuvo casada con Thomas Rossi durante 25 años. Hasta que ganó un premio en la lotería que prometía cambiar su vida. Su historia se transformó en una lección amarga sobre las consecuencias de ocultar información financiera durante un divorcio.
Después de ganar la lotería de California, Rossi decidió no compartir la noticia con su esposo y, solo 11 días después, inició el proceso de divorcio. Según informó The Sun, ella tampoco reveló el premio durante el juicio, lo que posteriormente le traería graves consecuencias. Thomas descubrió la verdad dos años más tarde, gracias a una carta enviada por error que revelaba todos los detalles sobre el premio.
Sorprendido, Thomas comenzó a investigar y se dirigió a la Comisión de Lotería de California, donde descubrió que su exesposa había ganado 1.336.000 dólares antes de solicitar el divorcio. Debido a las leyes de propiedad comunitaria de California, Thomas tenía derecho a la mitad del premio, ya que fue obtenido durante el matrimonio. Esta ley establece que cualquier ingreso obtenido mientras los cónyuges están casados debe ser compartido equitativamente.
Tras varias audiencias, un juez de Los Ángeles determinó que Denise había violado las leyes estatales al ocultar el premio y actuado con mala fe. Como consecuencia, ordenó que todo el dinero de la lotería fuera entregado a Thomas en pagos anuales de 66.800 dólares durante 20 años. Denise admitió que no quería que su esposo tuviera acceso a su dinero.
El premio fue compartido con cinco compañeros de trabajo, quienes en total ganaron 6,6 millones de dólares. La porción de Denise fue de 1,3 millones. Su abogado, Connolly Oyler, comentó que si ella hubiera revelado el premio durante el divorcio, podrían haber argumentado que era una propiedad separada, pero el juez, molesto por el fraude, se lo otorgó todo a Thomas.
En un último esfuerzo por recuperar su parte, Denise intentó convencer al juez de que el billete ganador había sido un regalo de un amigo, pero esta estrategia no cambió el fallo.
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