El pasado jueves arrancó la discusión sobre el aumento del salario mínimo. Cada año, la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, conformada por los representantes del Gobierno, las centrales de trabajadores y pensionados y los representantes de los principales gremios empresariales, en calidad de empleadores, fija el nuevo salario mínimo a partir de los componentes: la inflación y el Índice de Productividad, un indicador que es calculado por el Departamento Nacional de Planeación.
Ya se escuchan propuestas y valores porcentuales del incrementó que debería ser aprobado.
La primera propuesta llegó de manos del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, quien en agosto pasado habló de un aumento extraordinario del salario mínimo para los colombianos.
Por su parte, el pasado mes de septiembre el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, durante su intervención en el congreso de Fasecolda, aseguró que los empresarios pagan un sueldo muy alto.
"El sector formal contrata a un costo que es relativamente alto. La relación, para poner un ejemplo, entre el salario mínimo legal y el salario medio del país, está entre los más altos del mundo", dijo.
Mientras tanto, este lunes la ministra de Trabajo, Alicia Arango, durante una entrevista al diario La República, dijo que los trabajadores colombianos merecen un salario más alto.
Ante este panorama, en Mañanas BLU abordamos el tema sobre la siguiente pregunta: ¿qué pasaría si hay un aumento del salario mínimo por encima de la inflación?
Vea también: Central de Trabajadores propone aumento del 10% para el salario mínimo del 2019
Al respecto, José Luis Espert, economista argentino y potencial candidato a la presidencia de su país en 2019, la experiencia en el mundo indica que cuando el Estado sube mucho el salario mínimo los principales perjudicados son la gente de a pie, los trabajadores.
“Si usted alza mucho el salario mínimo habrá mucha gente que no encontrará trabajo y que estaría dispuesta a trabajar por debajo de este mínimo. Es probable que aumente la tasa de desempleo al largo plazo y en el corto plazo generará un desincentivo de contratación en las empresas”, dijo.
Añadió que, como experto, el Estado no debe intervenir estableciendo un salario mínimo, sino que deben ser las empresas las que paguen en función de las horas trabajadas.
Mientras tanto, Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en macroeconomía y economía laboral, dijo que el salario mínimo es una realidad de muchos países, como es el caso de Reino Unido y Estados Unidos.
Contrario a lo expresado por Espert, Jansen opinó que el salario mínimo permite regular que quienes lo devengan traten de llevar una vida digna.
Sobre el aumento, el experto manifestó que el primer impacto de subir el salario es que las empresas dejan de emplear a los trabajadores menos productivos y, además, condena a los trabajadores al sector informal.
“Cuando lo tienes, es razonable que el salario suba con la inflación. El problema está en fijar el nivel adecuado”, añadió.
Asimismo, manifestó que lo recomendable es que haya una concertación entre las partes, aunque aclaró que en los países en los que el salario mínimo funciona mejor hay una comisión de expertos que analiza el mercado laboral y entrega detalles de qué sería lo más conveniente.
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