El 12 de diciembre de 2004 el Once Caldas jugaba en Japón la final internacional contra el equipo portugués, que en ese entonces era dirigido por José Mourinho. Algo impensado, pero que se volvió una realidad luego de ganarle la Copa Libertadores al histórico Boca Juniors de Carlos Bianchi.
En el banco estaba el profe Montoya, que tras la derrota en Japón, llegó al país y fue recibido como héroe. Ese cariño lo quiso retribuir a los niños más pobres de su municipio, Caldas, al sur de Medellín, pero los ladrones no lo dejaron. Lo robaron y, como si fuera poco, le dispararon, le arrebataron el sueño de seguir dirigiendo y lo dejaron al borde de la muerte.
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Aunque logró salvarse, nunca pudo recuperar la movilidad y en su casa, donde sigue cada partido de fútbol, ahora el 'profe campeón de la vida' le reclama la Once Caldas, al mismo que le dio la gloria, que le responda por la pensión que merece de acuerdo a su salario. Aunque dice que en ese momento no quiso demandar, ahora lo está considerando.
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En 2016 llegó a acuerdo para desprenderse laboralmente del equipo, lo liquidaron y ahora tiene una pensión que apenas supera el millón y medio de pesos. El 'Profe' Montoya se siente decepcionado, triste porque asegura que no han cumplido sus promesas. Ahora espera una pensión digna que le permita tener una vida más tranquila en medio de un tratamiento de alto costo.
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El salario del profe Montoya era por un contrato de un millón 300 mil pesos y más de 13 millones por gastos de representación y bonificaciones, pero la pensión solo se hizo por el de menor valor. Desde el 2006 han pasado nueve presidentes en el Once Caldas, pero ninguno dice le ha cumplido la promesa.