Lo que prometía ser un modelo exitoso de vivienda y transformación urbana para Medellín, se encuentra paralizado y en riesgo de quedar interrumpido, según denunció el concejal Bernardo Guerra.
Las obras estaban a cargo de la firma CASS, encabezada por Carlos Solarte, quien tiene medida de aseguramiento por su presunta participación en los sobornos con Odebrecht.
De acuerdo con el concejal, esas capturas y otras irregularidades han llevado a que hoy Naranjal esté frenado.
“Llama la atención que aparecieron ellos como únicos proponentes para el tema Naranjal, comprometiéndose a entregar 30.000 millones de pesos y a desarrollar el proyecto”, sostiene el concejal.
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El corporado agrega que hasta el momento solo se han dos de las ocho torres proyectadas y hay un alto riesgo de que las obras no continúen.
“Lamentablemente, han venido incumpliendo el contrato, no hicieron los desembolsos, además, fueron capturados, por lo tanto el proyecto está totalmente paralizado, su socio privado en la cárcel y el municipio de Medellín no tendrá ningunas utilidades, a los compradores no se les ha podido cumplir”, explica.
Según Guerra, si bien el proyecto debería ser abordado por la administración municipal, los recursos públicos serían insuficientes para salvarlo.
Además, afirma que los problemas que hoy atraviesa Naranjal fueron previstos y advertidos por Camacol y La Lonja Propiedad Raíz desde sus inicios, pues si bien la CASS tenía experiencia en vías, no estaría preparada para afrontar un proyecto inmobiliario de tan alta envergadura.
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