Papa Francisco sigue conectado con la Iglesia y el mundo desde su habitación de hospital

El Papa Francisco continúa monitoreando los últimos acontecimientos en el mundo y en la Iglesia desde el hospital Gemelli de Roma, donde este domingo cumplió 24 días de internamiento debido a problemas respiratorios que, por ahora, se encuentran estabilizados y muestran una mejora gradual.

El pontífice argentino pudo seguir este domingo por la tarde, a través de una videoconferencia, los ejercicios espirituales de Cuaresma que la Curia Romana lleva a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano, aunque no se dejó ver en pantalla.

Francisco, de 88 años, permanece hospitalizado desde el 14 de febrero por una neumonía bilateral que en las últimas semanas le ha causado algunas crisis preocupantes, pero que ahora muestra una "mejoría gradual y leve", con una respuesta "favorable" al tratamiento.

Los médicos no emitieron un parte médico este domingo, pero fuentes de la Santa Sede indican que la situación sigue siendo la misma que la del último informe, del sábado: "la estabilidad continúa y se confirma la ligera mejoría observada" en los días anteriores.

Aunque los médicos mantienen una postura cautelosa, ya que su cuadro clínico sigue siendo "complejo" y, por lo tanto, su pronóstico sigue siendo reservado.

El Papa se encuentra descansando en el apartamento privado de la décima planta del Gemelli, mientras realiza fisioterapia motora y respiratoria. Durante el día, recibe altos flujos de oxígeno a través de cánulas nasales, y por la noche utiliza ventilación mecánica con una máscara.

Ya ha superado las tres semanas sin aparecer en público, y la única vez que su voz —débil y afectada, en español— trascendió las paredes del hospital fue el pasado jueves, cuando envió un mensaje de audio agradeciendo a los fieles que cada noche rezan por su salud en la Plaza de San Pedro.

A pesar de su condición, el Papa sigue gobernando la Iglesia y está al tanto de lo que ocurre en el mundo desde su habitación de hospital, bautizada por Juan Pablo II como el "Vaticano tercero" debido a sus frecuentes ingresos (después de la Santa Sede y el palacio de verano de Castelgandolfo).

Este domingo, por ejemplo, no pudo presidir la misa por el Jubileo de los Voluntarios en la Plaza de San Pedro, pero se encargó de redactar su homilía, que fue leída en su nombre ante miles de asistentes por el cardenal oficiante, Michael Czerny.

Lo mismo ocurrió con el tradicional Ángelus mariano, que por cuarto domingo consecutivo se difundió solo por escrito, ya que el Papa no puede presidirlo desde la ventana del Palacio Apostólico.

Preocupado por la actualidad

"He recibido con preocupación la reanudación de la violencia en algunas zonas de Siria. Espero que cese definitivamente, en pleno respeto de todas las comunidades étnicas y religiosas de la sociedad, especialmente de los civiles", instó el Papa Francisco.

Por la mañana, en su habitación del hospital, recibió a su secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y al sustituto para los Asuntos Generales, el monseñor venezolano Edgar Peña Parra.

Según fuentes vaticanas, estos encuentros forman parte de su rutina durante la hospitalización, ya que "sirven para mantenerlo actualizado sobre la situación de la Iglesia y el mundo".

Su permanencia en el hospital y su eventual convalecencia podrían prolongarse, como ocurrió con los 55 días que el Papa Juan Pablo II estuvo ingresado por una infección de citomegalovirus tras las dos operaciones que le practicaron después del atentado de mayo de 1981.

Este domingo, el Papa Francisco hizo referencia a su "prolongada hospitalización" al agradecer en el Ángelus el "esmero" y la "ternura en el cuidado" que recibe del equipo médico que lo atiende, así como a todos los profesionales de la salud que, en cualquier lugar, están "cerca de los enfermos" y de quienes "pasan por momentos difíciles".

La próxima actualización sobre su estado de salud se espera para el lunes por la tarde.

Mientras tanto, en la Plaza de San Pedro, la Curia Romana continuará rezando el rosario por su salud, aunque ya no por la noche, sino a media tarde, alrededor de las 18:00 hora local (17:00 GMT), bajo el techo del Aula Pablo VI del Vaticano, donde se celebran los ejercicios espirituales sin la presencia del Papa, pero "en comunión" con él.