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A partir de este 16 de septiembre, el Servicio Geológico Colombiano cambiará la actividad de las 25 estructuras volcánicas activas que la entidad monitorea, ahora estará categorizada en “estados de alerta volcánica”. Este nuevo esquema presentará una serie de acciones recomendadas por el SGC a las autoridades competentes y comunidades de zonas de influencia de los volcanes según el estado de alerta.
El nuevo esquema permitirá optimizar los procesos de comunicación y articulación con todas las entidades que participan en la gestión del riesgo volcánico, de esta manera, Colombia se ajusta a los referentes utilizados a nivel mundial para describir la actividad volcánica.
“La actividad de los volcanes no necesariamente siempre cambia de manera secuencial, es decir, de nivel Verde a Amarillo, luego de Amarillo a Naranja, y finalmente de Naranja a Rojo. Mientras un volcán esté activo, puede hacer erupción en cualquier momento como pasó con el volcán Nevado del Huila en 2007, que llevaba más de 500 años sin hacer una erupción y la hizo en 21 horas. Por eso ya no hablaremos de niveles, sino de estados”, explicó John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del SGC.
En el nuevo esquema ya no existe una categoría en la que se afirme que es probable que se genere una erupción en cuestión de días, semanas u horas, como pasaba con el nivel de actividad Naranja. Ahora la probabilidad de erupción está implícita en todos los estados de alerta y varía de acuerdo a estos: en alerta Verde es menor que en Amarilla, y en Naranja es mucho mayor que en Amarilla.
Según informaron desde el Servicio Geológico Colombiano, este cambio ya fue socializado con el Comité Nacional para el Conocimiento del Riesgo (CNCR) y su fin es optimizar los procesos de comunicación y articulación con todas las entidades que participan en la gestión del riesgo volcánico.
Cambios en la medición de volcanes
En lugar de niveles, ahora se emplearán "Estados de alerta", lo que significa que un volcán puede cambiar de estado sin necesidad de una progresión gradual. Esta analogía fue destacada por Makario, quien explicó que, al igual que el agua puede pasar de estado gaseoso a líquido sin un estado intermedio, un volcán puede estar en reposo y entrar en erupción repentinamente.
Uno de los cambios más significativos es la forma en que se aborda la probabilidad de erupción. En el nuevo sistema, se reemplazan las mediciones en términos de días o semanas por conceptos de "baja" o "alta" probabilidad. Esta actualización refleja una comprensión más precisa de la imprevisibilidad de los eventos volcánicos.
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El SGC actualmente monitorea 25 estructuras volcánicas en el país. Solo una de ellas, el complejo de domos del volcán Santa Isabel, cambia su estado de actividad de verde a alerta amarilla. Sin embargo, esto no implica restricciones como el cierre de parques. Makario explicó que, aunque el volcán ha mostrado signos de aumento en sismicidad y deformación de su estructura en los últimos años, aún no alcanza un nivel que justifique medidas más drásticas.
Cómo se miden los volcanes
El nuevo esquema también incluye recomendaciones específicas para los tomadores de decisiones, proporcionando pautas claras sobre cómo gestionar el riesgo en función del estado de alerta. Esto se complementa con explicaciones más accesibles para que el público en general pueda entender fácilmente lo que implica cada nivel de alerta.
En última instancia, el mensaje clave del SGC es que cualquier volcán activo conlleva una probabilidad inherente de erupción, y a medida que el estado de alerta aumenta, también lo hace esta probabilidad. La institución insta a la población a mantenerse atenta a sus comunicados para una gestión efectiva del riesgo volcánico en el país.
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