Cerca de 25% de estudiantes universitarios habrían desertado en medio de la pandemia

Los modelos de alternancia que se han propuesto para retomar las clases en las universidades son tomados de manera positiva por parte de la Asociación Colombiana de Universidades, (ASCUN) con base en una experiencia de seguimiento que se hizo durante el primer semestre.Según Óscar Domínguez, presidente de la asociación, las dificultades presentadas no estuvieron solo definidas por las instituciones sino por los problemas de conectividad y de acceso a tecnologías, pero calificó de oportuna la posibilidad de que el segundo semestre tenga alternancia que garantice el desarrollo de la actividad académica con calidad, pero que, a su vez, se garanticen los espacios de práctica que necesitan los estudiantes.Sin embargo, uno de los retos es reducir las cifras de deserción, entendiendo que, aunque no hay cifras oficiales sino hasta que culminen los cierres de matrículas, se habla de hasta un 25% de quienes han dejado de estudiar, principalmente, según expresó Domínguez, en materia económica, pero que es variable de acuerdo con las regiones, las universidades, y las condiciones que se han ajustado con base en consultas realizadas.“Hoy no tenemos cifras, esos eran los pronósticos que había, pero muy probablemente el cierre de matrículas nos dará cifras que permitan contarle a la sociedad cuál fue el comportamiento, si ese 23 a 25% se mantuvo, o si por el contrario, como ya lo estamos viendo, las universidades lograron superar esas dificultades y las deserciones están muy por debajo de las cifras inicialmente propuestas. Siempre, los temas de la deserción están explicados, fundamentalmente en los estudiantes y sus familias en problemas de tipo económico, por eso estas decisiones que tomó el gobierno nacional, los apoyos a las universidades públicas, a las privadas, las mismas instituciones con su creatividad desarrollaron créditos y apoyos económicos de condiciones más difíciles, seguramente van a ser que las cifras cambien”, dijo Domínguez.Entre tanto, explicó que la situación financiera, en el caso de las universidades públicas, no es la mejor, pese a anuncios del gobierno, mientras que en las privadas, el primer semestre tuvo inconvenientes, y el objetivo es que, para el segundo semestre pueda encontrarse cierta mejoría. “Algunas tienen mayor solvencia, otras tienen mayores limitaciones, unas con procesos de crédito por desarrollo de infraestructura que les afecta cuando las matrículas bajan, pero de los estados financieros tendremos respuesta a fin de año cuando haya cierre, y quede evidenciado de lo que se proyectó qué se ejecutó y qué de lo que se proyectó en ingresos y recaudos pudo ser posible”, concluyó.