Con amor, Lucelly rescata a los niños de la delincuencia en la comuna 9 de Medellín

Para la comunidad de Medellín, esta mujer tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho.

Medellín /
Foto: Alcaldía de Medellín

En el centro oriente de Medellín, en un rinconcito del Barrio de Jesús, comuna 9, Lucelly Guarín Sierra recibe en un aula improvisada a 30 niños cada 15 días. Esta mujer, que es psicóloga de profesión, es un ángel de carne y hueso para estos pequeños.

Vio en ellos una oportunidad de rescatarlos de la delincuencia, pues en esta comunidad encontró muchas dificultades.

"Vimos que había mucha violencia intrafamiliar, drogadicción. De hecho, algunos de nuestros niños son hermanos e hijos de muchachos de los combos. Al ver esta situación nosotros optamos continuar un trabajo pedagógico para rescatarlos", informó Lucelly Guarín Sierra.

Con su equipo de trabajo, de forma voluntaria, les enseña a los niños cómo prevenir el abuso sexual, evitar la violencia y el alcoholismo. A través de la lúdica, el canto, los niños disfrutan de espacios de sano esparcimiento que no encuentran en su entorno.

Ella se convirtió en una lectora de dibujos hace más de 20 años en los centros de reclusión, cuando trabajaba con menores, a través de la imagen y de los colores, descubre qué le pasa a los más pequeños.

"He detectado en los dibujos abuso sexual. Es un tema que trabajamos juntos con derecho humanos. El abuso sexual me lo muestra el niño con ciertas figuras específicas", manifestó Guarín.

Para la comunidad esta mujer tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho.

"Una de las cosas que me ha llenado siempre es poder trabajar con la comunidad y ver esas caritas alegres, felices. Cuando los niños se llevan algún detallito, cuando los niños se toman un refrigerio caliente para mí, eso es lo más maravilloso", expresó Lucelly.

[0]=AZX6Sc2yillPyf_XnXlAKA-JbpTFHidR94xRwesK5YYnjBfA9PF-_cH-NJ54pr46Nau57a1pACeLahpCucGHRYcURZ382S1IPVo2aqFr8EKogi16UCLGsfF-XdDRN51zZhH_CYAAMnlYXLqLh3ceq8A9&__tn__=%2CO%2CP-R

Cuando terminan las clases los niños no se van con las manos vacías, de forma indirecta, les enseña a sembrar y a comer de forma saludable con alimentos de una pequeña huerta.

"Le van a decir a la mamá esto fue lo que estuvimos haciendo en el semillero, por lo tanto, hoy lo llevamos a la casa para que le hagan una rica ensalada", les explica Lucelly a los niños.

Aseguró que siempre seguirá tocando las puertas de las instituciones en busca de mercados para quienes necesitan el apoyo alimentario, pues varios de ellos prueban su primer alimento al medio día.

Le puede interesar. Escuche La Intérprete:

"