La oficina en Colombia de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos rechazó con firmeza la muerte de los dos indígenas que se presentó en la zona rural del municipio de Caloto, Cauca.
“Estas muertes violentas no solo impactan la estructura organizativa y el gobierno propio ancestral, sino que tienen una dimensión y afectación cultural enorme”, dijo Alberto Brunori, representante en Colombia de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
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El representante calificó el escenario como “una situación decididamente alarmante”, y agregó que se ha visto un incremento en los casos de homicidios a indígenas en comparación al año pasado.
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Estas declaraciones se dan después de la participación de la oficina, el pasado 9 de agosto, en una reunión de trabajo con organizaciones y plataformas de Derechos Humanos, realizada en conjunto con el Ministerio de Trabajo.
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