En el caso de la Oficina de Registros de Instrumentos Públicos de Barranquilla, el SuperNotariado informó que “se constataron irregularidades con los procedimientos financieros y administrativos” como la “desorganización de los soportes financieros, el incumplimiento en la obligación de llevar los libros de recaudos y la falta de control en las partidas”.
Lo anterior quedó en evidencia durante una auditoría realizada en 2019, en la que también se observaron “falencias en el reparto diario de documentos a los calificadores, atraso en la calificación de documentos y la indebida confrontación de matrículas”.
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En el caso de la Oficina de Registros de Instrumentos Públicos de Soledad, el SuperNotariado halló “irregularidades en la liquidación de los derechos de registro, indebida radicación y entrega de documentos a los usuarios, excesiva reasignación de turnos a algunos funcionarios, tardanza en las actuaciones administrativas y una deficiente atención al público”.
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La entidad también recibió un alto número de quejas contra esta oficina, entre otros aspectos, por la “alteración en la asociación de pines para la liquidación y pago de los derechos de registro”.
Todo lo anterior, a juicio del SuperNotariado, refleja “una deficiente prestación del servicio registral” en las oficinas de Instrumentos Públicos de Barranquilla y Soledad, por lo que ordenó una intervención de segundo grado en cada una, hasta el próximo 28 de febrero.
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