Para el ballet hay que ser muy hombre: niño bogotano protagonista de historia de la BBC

Jhojan Andrés Corzo Sepúlveda, un niño bailarín de ballet que vive en el sur de Bogotá y cuya historia fue destacada por la BBC, contó en Mañanas BLU cómo lucha día a día por alcanzar el sueño de conquistar los principales escenarios del mundo. Le puede interesar: Fernando Montaño, el colombiano que cambió los guayos por las zapatillas del ballet La conmovedora historia guarda gran similitud con la película ‘Billy Elliot’, que cuenta la historia de un humilde niño inglés empeñado en ser el mejor bailarín de ballet clásico en el mundo. La historia de Jhojan Corzo se mueve por las faldas del empinado barrio La Picota, en la localidad de Usme. En medio de calles polvorientas, este niño que abandonó la vida de pandillas, improvisa con elegante estilo sus rutinas. Giros en el aire, movimientos en espiral, picados y lanzados, se convierten en una suerte de ritual con el que Jhojan inicia su dura jornada. Su sueño es llegas a las grandes ligas de la danza clásica. Quiere llegar a pulso al Royal Ballet o al San Francisco Ballet School y por lograrlo su sacrificio se extiende hasta por 12 horas. Todo con un sueño en mente: ser el mejor bailarín del mundo. Por eso, no importa si tiene que cruzar la ciudad desde Usme hasta el sector del Polo, donde se encuentra la Fundación Festival Art donde ha forjado su genio y destreza. “Todos los días salgo de mi casa a las 6 de la mañana y por la noche llego a las 10:00, 10:15”, relata sobre sus duras jornadas. Jhojan, a pesar de su corta edad, ha debido sortear difíciles condiciones. Entre ellas, la realidad de las pandillas. “Hacía muchas cosas malas, me la pasaba mucho en la calle haciendo cosas que no se debía”, cuenta el pequeño. “Me decían que me saliera que eso era para gays, para homosexuales, pero es muy duro el ballet. Se necesita ser muy hombre para ser bailarín profesional”, dice sobre los comentarios que debió soportar por parte de falsos amigos. El talento de Jhojan se forja en duras condiciones. Incluso, en medio del hambre y la necesidad. Sin embargo, para él eso no importa pues tiene el horizonte claro en su empeño. “En momentos en que no hay comida, a veces vamos a Abastos a recoger comida”, contó. Escuche esta conmovedora entrevista: