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“Voy a tener una mujer”: Alberto Linero se confesó con Vanessa de la Torre

“Todavía no la tengo pero apenas la tenga se las voy a presentar”, contó en Mesa BLU.

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Foto BLU Radio

En una charla con Vanessa de la Torre en Mesa BLU, Alberto Linero desnudó su alma y habló de las diversas crisis que vivió a lo largo de su vida vocacional y de los motivos que lo llevaron a colgar los hábitos.

Vea también El verdadero significado y sentido del Día de las Velitas: opinión de Alberto Linero

En medio de la conversación, el exsacerdote respondió a varias preguntas que tal vez muchos de sus seguidores se hacen y que se relacionan con su vida afectiva.
 
“¿Me gusta alguna vieja hoy? Sí. ¿Cuál es su nombre? No te lo voy a dar. Voy a tener una mujer. Todavía no la tengo, pero apenas la tenga se las voy a presentar”, expresó Linero.
 
“Mi crisis no es consecuencia de un enamoramiento. Ninguna vieja, por muy linda que fuera, iba a tener el poder sobre mí para sacarme del ministerio. Yo no estaba enamorado; estaba desenamorado, que es distinto, y que es peor, más triste y más doloroso”, añadió.
 
Además, aclaró que el video que circuló en redes sociales, en el que aparecía bailando con una mujer no tiene nada que ver con los motivos por los cuales dejó el sacerdocio y, además, habló de otros temas polémicos como el celibato.
 
“Lo del video que sacaron me dolió mucho, porque estaba yo bailando con la esposa de uno de mis hermanos del alma, de vida”, dijo.
 
“El celibato es un don de la Iglesia y siempre va a existir, pero yo no creo que sea un don que vaya unido al don sacerdotal exclusivamente. Es decir, creo que hay gente que puede tener vocación sacerdotal pero no vocación de celibato. El celibato debería ser opcional. Si no hacemos eso rápido, nos vamos a quedar con sacerdotes que no serán lo mejor de la sociedad”.
 
Además, reveló que durante su vida sacerdotal fue célibe, aunque reconoció que le costó demasiado y reiteró que su problema no fue de fe, sino de soledad.
 
“Mucha agua helada me eché. Y además me llené de mucho trabajo para no tener tiempo de ninguna práctica sexual que me degenerara”, puntualizó.
 
Estas son algunas frases de su entrevista con Mesa BLU: 
 
“Yo llegué feliz al seminario, pero a los días ya estaba convencido de que esa era un lugar extraño para mí. Sin embargo, traté de buscar en lo cotidiano las razones para seguir. Me adapté sin dejar de seguir siendo auténtico”.
 
“Una primera experiencia de soledad dentro del seminario la tuve apenas a los 18 años. Ahí dije 'esto no es para mí'. Ahí pedí ingreso a la comunidad de los padres eudistas. Esos manes estudiaban Hegel y Marx sin oír a Diomedes Díaz en el fondo.. yo eso no lo pude entender”
 
“Yo dije tengo que vivir con otros seres humanos, comunicándome con la gente.. a mí me salen letreros si no hablo...”
 
“Llegar a estudiar a Bogotá fue una experiencia difícil, pero me convirtió en un caribe universal”.
 
“La dispensa, que es la respuesta del Papa a mi solicitud de retirarme del ministerio, no me ha llegado, así que en sentido estricto todavía soy Padre”.
 
“En los últimos cuatro años yo he estado en crisis”.
 
“Cuando entré al seminario yo me imaginé que esa vaina iba a estar llena de ángeles y el único pecador iba a ser yo, pero no, resulta que yo era el menos”.
 
“Primero tuve una crisis de soledad, y no fue una ausencia de Dios. Mi problema no es con Dios. Mi problema es que no puedo vivir solo. Cuando me di cuenta que dentro de la iglesia nadie estaba interesado en mí, y que yo no podía interesarme en los otros porque no tenía con quién conversar, estaba física y existencialmente solo”.
 
“Me gusta cantar un vallenato; armar una parranda. Pero no bebo”.
 
“Hay una cantidad de obispos y de curas felices de que yo saliera de la Iglesia. Muchos dijeron 'hace rato que se tenía que ir. Él era muy mundano. Lo atraparon los medios...'. Algunos cuestionaron mi experiencia espiritual. Y no lo digo como un reclamo”.
 
“Yo no he sido hereje. Todo lo que he dicho y hecho está metido en la comunión con la Iglesia”.
 
“La Iglesia no se ha dado cuenta de que está en crisis; porque cuando uno está en una crisis, cambia, y en mi experiencia eso no es lo que ha pasado en la institución”.
 
“Es que estamos muy lejos de la gente. Nuestros problemas no son los problemas de la gente. Nuestras homilías no le dicen nada a la vida diaria de la gente. Esa fue mi segunda crisis”.
 
“La tercera crisis: me dio muy duro que tengamos relatos que le hacen daño a la gente, como por ejemplo lo que decimos contra los homosexuales”.
 
“Me escandalizó mucho lo de la pederastia. Me dolió. Porque algunos casos se podrían tipificar además como encubrimiento. No hemos sido tan duros ni tan firmes con eso como deberíamos”.
 
“Y no culpo a nadie de esto. La Iglesia es lo mejor que me ha pasado en la vida. Soy agradecido con la Iglesia y no me he ido de ella porque seguiré siendo católico y viviendo y respetando a los demás.”
 
“La cuarta crisis: tal vez por la crisis de los 50 años, yo me di cuenta de que podía servir en unos espacios distintos, a donde mi investidura no me permitía llegar. Yo quería ser más cotidiano porque nunca me he comido el cuento de que los sacerdotes somos sagrados.”
 
 “Cuando leí o vi a hermanos sacerdotes tratándome tan duro, yo confirmé que no me debía quedar. Yo dije: 'si estos manes, que hablan del amor, hacen esto, yo no quiero estar cerca'”
 
 “Vivo solo, pero no me he vuelto a sentir solo porque todos los días me encuentro con gente a la que le intereso, que se interesan por mí como ser humano”.
 

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