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Los Wayúu guardan la desnutrición en una mochila

Claudina Ayariyú Ipuana, lideresa Wayuu le explica BLU Verde cuál es el propósito del proyecto que adelantan Oxfam y BLU Verde en la Alta Guajira Extrema...

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Indígenas Wayúu / Foto: AFP
Indígenas Wayúu / Foto: AFP

para restablecer los medios de vida de las comunidades Wayuu pero también denunció la ausencia del Estado en la Guajira que hoy vive dificultades como consecuencia de la sequía que viven desde hace cuatro años.

 

La ligereza explicó que con el programa medios de vida de Oxfam “son beneficiadas 250 familias, primordialmente aquellas madres que tienen niños desnutridos, madres que tienen niños con alto riesgo de desnutrición, cabeza de hogar y aquellas que no tienen ninguna fuente de ingreso”, afirma Claudina Ayariyu del corregimiento de Siapana, lugar en el que se está realizando el proyecto, ubicado a nueve horas de la cabecera municipal de Uribía.

 

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Con el programa se está restableciendo la economía de los Wayuu a través del proyecto de Oxfam que consiste en la entrega de un mercado que sostenga durante todo un mes a cada una de estas 250 familias con el propósito de que las artesanas se concentren sólo en tejer las mochilas Wayúu.

 

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Adicional a esto las mujeres de la Siapana, recibieron una dotación de hilos, aguja y tijeras esperando que se tejan cerca de 600 a 700 mochilas que serán vendidas en Bogotá en próximos días eliminando la cadena de intermediación para que sean las mismas tejedoras quienes reciban el valor real de su trabajo.

 

Las mochilas fueron escogidas porque es la artesanía con mayor demanda, sin embargo Ayariyú destacó que realizan otro tipo de productos artesanales afirmando que “necesitan tener ingresos en pesos porque en la Alta Guajira todo se comercializa en bolívares y por eso no han podido restablecer sus economías.

 

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La organización internacional que está realizando el programa de apoyo a los Wayuu del corregimiento de Siapana, La Guajira les entregó un mercado a cada familia. Claudina explica “que son complementos alimenticios para los niños, productos que a una mamá le son difícil conseguir ya que hace cuatro semanas no pasaba el transporte en el que se podían traer los alimentos desde Venezuela y hoy apenas dejan pasar dos kilos de arroz desde allá y eso no alcanza para nadie” destacó la lideresa.

 

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Con una planeación que le permitirá a las familias Wayuu y a las mujeres alimentarse OXFAM les entregó dos kilos de arroz, leche, maíz, harina, pan, atún y granos, productos recomendados y solicitados por la comunidad y que les complementan su alimentación. Con alimentos seguros, mientras realizan sus actividades productivas, una vez terminadas las 700 mochilas dos representantes entre ellas Claudina, vendrán a la capital para obtener ingresos y conseguir compradores constantes de sus artesanías y de esa forma crear esa cadena comercial sin intermediarios y de comercio justo para poder con esos ingresos mensuales comprar alimentos y materias primas y hacer de este un negocio sostenible.

 

Claudina explicó que “muchas personas de la comunidad al ver los alimentos lloraron de la emoción” y denunció que “ni siquiera el programa del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF complementa ni da esta misma cantidad de comida porque el gobierno, si da, pero al ser responsabilidad de fundaciones, van cortando el presupuesto entonces el niño sólo recibe la cuarta parte de lo que dan en un contrato”, y además indicó que falta más vigilancia.

 

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Como enfermera, Claudina Ayariyú va a las comunidades y pregunta a los niños que alimentación recibieron del ICBF y según lo que contestan las familias, sólo les llega un kilo de arroz, cuatro libras de lentejas y un kilo de leche.

 

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Las comunidades Wayuu en La Guajira tienen entre ocho y 10 miembros en su familia y los elementos entregados son distribuidos entre todos porque no tienen que más comer, por eso los niños no reciben toda la alimentación con exclusividad.

 

Al final de la entrevista la lideresa le contó a BLu Verde que viendo televisión se da cuenta que en la ciudad de Bogotá hay llantas por todos lados y eso en La Guajira es reciclado por la gente para hacer huaireñas (sandalias indígenas que hacen parte de su vestimenta tradicional) y cuestiona el mal uso que se le dan a este residuo que a ellos les sirve y no lo tienen, o el agua que se recogía en Bogotá en botellas plásticas que para ellos no presta ningún servicio, o los dos mercados enviados por el gobierno pero que no los mantiene durante todo el año. Concluyó diciendo “lo que nos ayuda es que allá nos compren nuestras artesanías para poder vivir porque sabemos que las dos cajitas de alimento que nos da el gobierno no nos sirven para todo el año, pero poner a producir a las mujeres Wayuu para que nos compren nuestra mochilas si”.

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