Según informaciones de inteligencia, el crudo es hurtado del oleoducto a través de válvulas ilícitas, para luego destilarse y transformarse en lo que se conoce como pategrillo.
Delincuentes ya habían averiado una de las paredes para poder ingresar al Banco Agrario. Lo hicieron desde un local comercial ubicado a uno de los lados de la entidad.
Una de las cuerdas de alambre utilizadas para lanzar el fuego desde una parte alta se reventó en momentos en que el sacerdote encendía el cirio pascual.
Algunos testigos grabaron para pedir a las autoridades que adelante en las investigaciones y pesquisas correspondientes para ubicar cada una de las partes y evitar que el dueño del tracto camión tenga mayores pérdidas.
La operación se desarrolló en la vereda La Angelita, en Tibú, donde descubrieron que el lugar contaba con una infraestructura articulada para procesar el crudo que era hurtado.
En medio del robo, a la víctima le manifestaron que no podía ingresar al Catatumbo y que la decisión se la habían comunicado cuando era funcionaria del estado.
Con esta acción, las tropas evitaron posibles atentados terroristas en Norte de Santander, un territorio con presencia del ELN y las disidencias de las Farc.