La Procuraduría General de la Nación acaba de abrir 17 investigaciones disciplinarias a altos directivos del Sena en 10 departamentos por su presunta participación en política y por la celebración indebida de contratos.
Las investigaciones del Ministerio Público apuntan a establecer la existencia de nóminas paralelas mediante las cuales se favorecían electoralmente a distintos partidos políticos del país.
El procurador general, Fernando Carrillo Florez, anunció el hallazgo de contratos de prestación de servicios que no tenían ninguna relación con la función original de la entidad.
En otras palabras, los delegados de la Procuraduría encontraron "corbatas" y nóminas paralelas, que solo servían para desangrar al Sena, una de las entidades más apreciadas por los colombianos.
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Para decirlo en plata blanca: el Sena terminó convertido en un fortín electoral al servicio de unos cuantos congresistas, quienes encontraron en la entidad el lugar perfecto para hacer nombrar a sus recomendados y para celebrar contratos de forma indebida.
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En Colombia cuando se habla de nóminas paralelas y de fortines electorales se habla de corrupción. Así de simple. Por desgracia el Sena terminó en manos de un grupo de funcionarios corruptos, quienes pusieron la entidad a disposición de los políticos y no al servicio de millones de colombianos de escasos recursos, como debe ser.
Que la Procuraduría General destape esa olla podrida y meta en cintura a sus directivos corruptos. Que lleve las investigaciones hasta las últimas consecuencias y que acabe con la vagabundería de las "nóminas paralelas" en esa entidad y en otras del Estado, que están en igual o peor situación que el Sena.
El procurador Carrillo debe saber que el país lo acompaña en esa cruzada por sanear al Sena, una de las entidades que más ha beneficiado a los colombianos de escasos recursos.
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