¡Una reforma tributaria monstruosa! Columna de Óscar Montes
El panelista Óscar Montes habló sobre la reforma tributaria.
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El Gobierno de Iván Duque parece dispuesto a darse la pela por una agresiva reforma tributaria, a la que ahora llaman pomposamente Ley de Financiamiento, que no es otra cosa que el mismo perro, pero con distinto lazo. Es una reforma tributaria y punto. A las cosas hay que llamarlas por su nombre.
No obstante, nada parece estar a favor del Gobierno. Ni los tiempos, ni el ambiente político, ni mucho menos las condiciones sociales y económica del país.
En lo que tiene que ver con los tiempos, dicha reforma tributaria, que será radicada ante el Congreso por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, debería estar aprobada antes del 16 de diciembre, cuando terminen las sesiones ordinarias. El presidente Duque debería sancionarla antes del 31 de diciembre.
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La realidad del Congreso hoy es muy distinta a la de los tiempos de Santos. Y la verdad es que sin mermelada, muy pocos congresistas, incluyendo a muchos gobiernistas, parecen estar dispuesto a acompañar una reforma tributaria que impondría el IVA a todos los productos de la canasta familiar. ¡Una verdadera monstruosidad!
En términos electorales, que son los que mueven a los congresistas, estar del lado del Gobierno en semejante aventura es tanto como un suicidio político.
¿Qué senador o representante a la Cámara está dispuesto a gravar con IVA productos de primera necesidad como la carne y los huevos, por ejemplo, que es lo que pretenden el ministro Carrasquilla y su equipo?
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Y la razón es muy simple: esos mismos congresistas que le van a poner la soga al cuello a millones de asalariados colombianos tendrían que salir el otro año a buscar votos para sus candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas.
Ni con mermelada, el Gobierno aseguraría ese respaldo. De manera que Carrasquilla y su equipo deberán buscar por otro lado los 14 billones de pesos que aún les faltan para financiar el presupuesto del próximo año.
El costo político que tendría para el gobierno de Duque sería inmenso y el presidente no está en condiciones de librar esa batalla, sin que ello repercuta en los tres años largos que le faltan de mandato.