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Hace 8 años Nikelson abandonó su país, Haití, para buscar un mejor futuro y conseguir recursos para sostener a su padre y hermanos en el pobre país del Caribe.
Es docente, graduado en administración de empresas, pero desde entonces se las ha rebuscado por su familia. Vivió ocho años en Ecuador y hace dos emprendió la travesía que hacia Estados Unidos, pero se lo impidió la pandemia.
Actualmente está varado en Necoclí, Urabá antioqueño, y pide en nombre de sus demás compatriotas que se habilite un paso a Panamá.
"Estamos haciendo todo lo posible para que las autoridades locales nos ayuden, pero no se ha logrado. Si el gobierno nacional nos está escuchando en este momento lo que necesitamos es salir", dijo Nikelson.
Nikelson asegura que en los últimos dos meses que ha estado en Colombia le han robado sus pertenencias tres veces; en Pasto, Medellín y Turbo, y que como él, la mayoría de los migrantes no tienen recursos para permanecer en Necoclí.
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Hasta el momento, Migración Colombia asegura no habrá apertura de la frontera, mientras que la alcaldía declaró la emergencia sanitaria y humanitaria manifiesta porque no tiene los recursos para atenderlos.
“El gobierno panameño cerró nuevamente sus fronteras, por lo que otra vez se están represando en nuestras playas; se quedaron sin comida, sin dinero y tienen que hacer sus necesidades fisiológicas en los lugares públicos. Eso además afecta nuestra única fuente de ingreso que es el turismo”, dijo Jorge Tobón, alcalde de Necoclí.
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